'El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes'


lunes, 7 de mayo de 2012

Nunca un 'adiós' fue tan un 'hasta siempre''.



Quien me conoce, sabe que odio las despedidas y, que a pesar de que no me gusta repetirla demasiado en voz alta, 'adiós' es una de las palabras más bonitas que existen para mí, pero también una de las más difíciles de decir. 

Puede parecer una paradoja, pero no lo es. Duele dejar atrás aquello que no quieres perder o que no quieres que se vaya, pero 'adiós' esconde y significa tanto... Por eso las despedidas que más cuestan afrontar son las que llegan cuando se ha sido muy feliz antes.


Por eso quizás a muchos se nos hizo un nudo en la garganta el pasado sábado mientras veíamos como Josep Guardiola se despedía de la que ha sido -y será siempre- su 'otra' casa. Reconozco que cuando anunció que el año que viene ya no sería él quien manejaría el timón del mejor Barça de la historia pensé que tampoco era para tanto y que este momento iba a llegar algún día. Al fin y al cabo, nada dura para siempre.


Pero yo, que tengo una habilidad especial para caer en el error una vez sí y otra también, volví a equivocarme. Creía que lo llevaba bien...hasta que llegó el Barça-Espanyol y todos los que estaban en el Camp Nou -y seguramente muchos otros en sus casas, independientemente del color de sus corazones- entonaron un adiós difícil. Esperado, sí, pero para el que quizás no estábamos preparados. 


Quizás por ello esa sensación de vacío. De silencio. De negar lo inevitable. De nada.

Recuerdo perfectamente el día que se hizo cargo del primer equipo. Y no lo he olvidado porque volví  a equivocarme, otra vez. Le dije a mi abuelo que Guardiola no duraría ni dos telediarios en el Barça, y que pronto todo el castillo se volvería a derrumbar. Y, sin embargo, 3 Ligas, 2 Champions League, 1 Copa del Rey, 3 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundiales de clubs después, tuve que tragarme mis propias palabras. Y cuánto me alegro de haberlo hecho. 

La marcha de Pep es una mala noticia para el Barça, para sus seguidores, pero también para el fútbol, porque lo hizo más grande y le regaló un poquito de magia, haciendo las delicias de unos y otros allá donde quisiera que fuera. 

Y después de él, ¿qué? Nadie lo sabe, porque no es nada más que otra de esas preguntas que surgen a lo largo de nuestras vidas y que no tienen respuesta hasta que algo sucede. Si saldrá bien o saldrá mal, si le echará de menos o simplemente se le recordará por todo lo que hizo y consiguió...nada se sabrá hasta que nos crucemos de frente con la realidad, sea la que sea.

Guardiola se va, pero no somos pocos los que mantenemos la esperanza de que sólo sea por un rato y que en realidad sus palabras sobre el césped del Camp Nou el día de su despedida se puedan resumir en un 'hasta pronto'; un paréntesis que no se cierre, y una historia con puntos suspensivos en el que el final todavía no está escrito. 

Que sólo sea un 'adiós' tras el que se esconda un 'hasta siempre'.




No hay comentarios:

Publicar un comentario