tag:blogger.com,1999:blog-62178581093359224702024-03-14T04:18:19.106-07:00La vida es fútbolviihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-81792357094866595422012-06-07T13:06:00.002-07:002012-06-07T13:07:14.896-07:00El corazón de Preciado se apagó.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hubiera querido no escribir las palabras que escribiré. Hubiera querido que hoy fuera un día más, como otro cualquiera y que nada lo hubiera empañado. Hubiera querido despertarme con una sonrisa y no haber derramado alguna que otra lágrima pocos segundos después de haber encendido la radio. Hubiera querido que esto no se pareciera tanto a esas pesadillas que parecen no tener fin. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hubiera querido hablar de su regreso a un banquillo y no de su adiós. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hubiera querido que no se marchara. Hubiera querido que siguiera aquí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhulOX_saa1k1HyAUon6UvHlxTKE0ZncUuHT-hGDjluNEKIXyJHfXmxR4DkIRs75UPWnfIMEMch9ZXN8PoqRZe5VihNAOgpr2Sz4GbmKqxrxBX8pEzlAIeEfXuWJlCtIumK6YfIeDWQftM/s1600/manolo-preciado2--644x362.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhulOX_saa1k1HyAUon6UvHlxTKE0ZncUuHT-hGDjluNEKIXyJHfXmxR4DkIRs75UPWnfIMEMch9ZXN8PoqRZe5VihNAOgpr2Sz4GbmKqxrxBX8pEzlAIeEfXuWJlCtIumK6YfIeDWQftM/s640/manolo-preciado2--644x362.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero el corazón de Manolo Preciado -tan enorme como era- decidió llevarme la contraria y arrebatárnoslo para siempre. Dijo 'basta' y se apagó sin avisar. El suyo se apagó y el de los que formamos parte del mundo del fútbol, activa o pasivamente, se encogió, incapaz de aceptar algo tan inesperado como terrible. La vida, que tantos golpes le había dado, que tanto dolor sembró en él, que tantas personas arrancó de su lado, volvió a cebarse con Manolo. La crueldad del destino se cruzó de nuevo con alguien a quien no importaba no conocer. Su cercanía era tal que bien podría haber pasado por un amigo más de esos que coleccionamos a lo largo de los años y por el que nunca se agota ese cariño que en algún instante u otro surge. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y ya no volverá. El mismo Preciado que nos enseñó a caminar hacia adelante sin mirar atrás, a sobreponerse a las tragedias de la vida, a seguir luchando incluso en los momentos más tristes y más duros. El mismo Preciado que hizo del fútbol su mejor terapia y que tan grande lo hizo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y puede que sí. Mañana volverá a salir el sol. Pero él ya no estará. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y es que a pesar de que han pasado casi 24 horas desde su adiós, aún me cuesta digerir que el corazón de Preciado se ha apagado para siempre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Allá donde estés, Manolo, DEP.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-51709213690840732382012-05-28T11:43:00.000-07:002012-06-07T12:44:07.573-07:00Riazor vuelve a sonreír<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCfDkSmepph_Vt-pm3jdVDXqG2FmnKyFYeN-H7TWjmoaDB1o5KcIdOtExuBfWtYwPI6dd8scKdNVt2jCUmRVCx-4p3hRD4mjNpMdvYdd1Phuj_CvksMmfGVzmlP51bRF_2D6Q4Q0J5Aeo/s1600/depor1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCfDkSmepph_Vt-pm3jdVDXqG2FmnKyFYeN-H7TWjmoaDB1o5KcIdOtExuBfWtYwPI6dd8scKdNVt2jCUmRVCx-4p3hRD4mjNpMdvYdd1Phuj_CvksMmfGVzmlP51bRF_2D6Q4Q0J5Aeo/s640/depor1.jpg" width="640" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Difíciles de abrazar, por no decir prácticamente imposibles, los finales felices parecen ser esos eternos fugitivos con los que nos cruzamos en algún que otro momento en nuestras vidas, aunque nos empeñemos una y otra vez en perseguirlos sin descanso hasta intentar alcanzarlos. De hecho, incluso en algunas ocasiones, cuando creemos haberlos atrapado, se escapan de nuestras manos. Por mucho que cerremos los puños, por mucho que pretendamos impedir su salida. </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aún así, y aunque cueste encontrarlos, los finales felices existen. Quizás sean pocos, pero suficientes, y hallar uno de ellos es siempre un motivo para sonreír.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ayer Riazor volvió a creer en ellos. Y los corazones de miles de aficionados deportivistas se encogieron de nuevo, aunque esta vez no lo hicieron para después, sino para reír. 372 días después, el Depor convertía en realidad una promesa que nació de una de las noches más tristes que el equipo blanquiazul ha tenido que digerir en los últimos tiempos. Las lágrimas derramadas tras aquel descenso que tanto dolió se transformaron en el empujón del que se han valido los hombres de José Luis Oltra para volver a la categoría de oro del fútbol español, como si el infierno de Segunda sólo hubiera sido un pequeño paseo que les regalaba una oportunidad única de renacer de sus propias cenizas, de resarcir los errores del pasado. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">'Lo que no mata, te hace más fuerte'. Eso dicen. Y el Depor no murió. Puede que tras la dramática jornada del pasado curso agonizara, pero no bajó los brazos en ningún momento. Hubiera sido mucho más fácil dejarse llevar y esperar a que la suerte se pusiera de su lado y conseguir así, quizás, que la propia inercia les condujera de nuevo a la categoría que abandonaron y que ahora han recuperado. Pero ese 'dejarse llevar' era más enemigo que amigo, y el equipo blanquiazul persiguió su propio final feliz a base de lucha y esfuerzo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0RttoS7YjPw-ygbFkShVAFwZ2ngrpxQKfN1BQc8TbM_j8UaMZSkeDJDjq39DlDrA2gfEDs8Te3HRBAJsfQ9tP0EOPtfUuQiHm759_vMpIB2YiYPzAUERonCFEDYI0tUkcrS0tXt1SQjU/s1600/depor2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="443" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0RttoS7YjPw-ygbFkShVAFwZ2ngrpxQKfN1BQc8TbM_j8UaMZSkeDJDjq39DlDrA2gfEDs8Te3HRBAJsfQ9tP0EOPtfUuQiHm759_vMpIB2YiYPzAUERonCFEDYI0tUkcrS0tXt1SQjU/s640/depor2.jpg" width="640" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No fue fácil. No fueron pocos los momentos en que se sufrió, en los que parecía que los fantasmas de antaño podrían tirar al traste todas las opciones del regreso más esperado. Hubo días en que todo iba bien, y muchos otros difíciles, en los que nada salió como debía. Diciembre fue, probablemente, el punto de inflexión. A partir de entonces, y tras encadenar 16 victorias en 18 partidos, los de Oltra quisieron dar un golpe sobre la mesa y hablar alto y claro: querían recuperar su lugar en Primera y lucharían por ello hasta el final. Y así lo hicieron.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y jamás caminaron solos. No hubo silencios en Riazor. Ni reproches. El Depor consiguió su sueño de volver a estar entre los mejores del fútbol español, y lo hizo acompañado de una afición que esta temporada ha demostrado estar a la altura. De 10 el inagotable soporte que han concedido a unos jugadores que les han devuelto a cambio la sonrisa y la ilusión. Más que nunca, la afición deportivista se convirtió en el jugador número 12. </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y aún cuando todo parecía complicarse más de la cuenta en las últimas semanas, nadie tiró la toalla y todos -jugadores, técnicos y aficionados- mantuvieron la esperanza hasta el último minuto. Sucedió en Tarragona ante el Nàstic (Xisco dio la victoria a su equipo en el 94') y también ayer ante el Huesca, al tener que remontar un partido que se le había puesto cuesta arriba tras el gol visitante y que hizo temblar a más de uno en su asiento o donde quiera que estuviera. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La magia inmortal de Valerón. La confianza que concede Aranzubía. La versatilidad de Colotto. La innegable calidad de Guardado. Los goles de Riki y Lassad. Xisco disfrazado de héroe. El brillante trabajo de un Oltra que supo enderezar a un equipo golpeado por el infierno del descenso y resarcir cualquier herida abierta. El compromiso y el esfuerzo de ellos y otros muchos otros fueron los protagonistas en este capítulo de la historia del Depor quizás no tan grande como otros, pero que sí ha servido para renacer con más fuerza que nunca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvjYHuPADxvO4lFHefSogOWxqzxPzrZn0VJV_Fd7I9EI0Xkb8KquTbTH7b_ClyXt3awbxuXcE_MxaSyfQV9QuRg81DGfz_UBI9w2SvJ4JxIneuXDbpHXFfbD-p4VwAfzWxMds0MZNUeYo/s1600/depor3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvjYHuPADxvO4lFHefSogOWxqzxPzrZn0VJV_Fd7I9EI0Xkb8KquTbTH7b_ClyXt3awbxuXcE_MxaSyfQV9QuRg81DGfz_UBI9w2SvJ4JxIneuXDbpHXFfbD-p4VwAfzWxMds0MZNUeYo/s640/depor3.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Deportivo pareció hacer suyas esas palabras de 'permitido caer, obligatorio levantarse'. Y es que ayer Riazor se reencontró con la sonrisa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Esta vez, sí hubo final feliz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/9cVcCDW4yIc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/fLGuVh0rMd0?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-69740597640787212192012-05-07T06:23:00.001-07:002012-05-07T06:36:03.982-07:00Nunca un 'adiós' fue tan un 'hasta siempre''.<b><br /></b><br />
<div style="background-color: white; color: #2a2a2a; line-height: 17px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: normal;"><b>Quien me conoce, sabe que odio las despedidas y, que a pesar de que no me gusta repetirla demasiado en voz alta, 'adiós' es una de las palabras más bonitas que existen para mí, pero también una de las más difíciles de decir. </b></span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #2a2a2a; line-height: 17px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b><span style="line-height: normal;"><br style="line-height: 20px;" /></span><span style="line-height: normal;">Puede parecer una paradoja, pero no lo es. Duele dejar atrás aquello que no quieres perder o que no quieres que se vaya, pero 'adiós' esconde y significa tanto... Por eso las despedidas que más cuestan afrontar son las que llegan cuando se ha sido muy feliz antes.</span></b></span></div>
<div style="background-color: white; color: #2a2a2a; line-height: 17px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: normal;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCbejXFxcnEbMx9srUGuVJ3GtXAnCndFHrk57O_lFX_G1V-M42ztt1fBdmjHB87870bD50RUr7Qx_vTi4u8lA1LZ0GRd1vKSdTTukZV0R2EnG43Rquz_bidCAH9PGcw9YwGBRJyF5HR-Y/s1600/FCBarcelona-Adios-Camp-Nou-said-Pep-Guardiola-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCbejXFxcnEbMx9srUGuVJ3GtXAnCndFHrk57O_lFX_G1V-M42ztt1fBdmjHB87870bD50RUr7Qx_vTi4u8lA1LZ0GRd1vKSdTTukZV0R2EnG43Rquz_bidCAH9PGcw9YwGBRJyF5HR-Y/s640/FCBarcelona-Adios-Camp-Nou-said-Pep-Guardiola-1.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="background-color: white; color: #2a2a2a; line-height: 17px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: normal;"><br style="line-height: 20px;" /></span><span style="line-height: normal;"><b>Por eso quizás a muchos se nos hizo un nudo en la garganta el pasado sábado mientras veíamos como Josep Guardiola se despedía de la que ha sido -y será siempre- su 'otra' casa. Reconozco que cuando anunció que el año que viene ya no sería él quien manejaría el timón del mejor Barça de la historia pensé que tampoco era para tanto y que este momento iba a llegar algún día. Al fin y al cabo, nada dura para siempre.</b></span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #2a2a2a; text-align: justify;">
<span style="line-height: 20px;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<span style="background-color: white; color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero yo, que tengo una habilidad especial para caer en el error una vez sí y otra también, volví a equivocarme. Creía que lo llevaba bien...hasta que llegó el Barça-Espanyol y todos los que estaban en el Camp Nou -y seguramente muchos otros en sus casas, independientemente del color de sus corazones- entonaron un adiós difícil. Esperado, sí, pero para el que quizás no estábamos preparados. </span></div>
<span style="background-color: white; color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #2a2a2a;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0IJUrHUzJa4VJbUmA3dQHgvbWMkH1xbV0zvXjDhvaSg0rYFIjmCzN2KTtgQZ08s9-2g1yF5m2qGglwBLD8Nf39qfsGIt_fMvhz9RIfDI8algXdUkLedGhHfyI49ZFSKkhM0JTQuQWeno/s1600/gracies+pep.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0IJUrHUzJa4VJbUmA3dQHgvbWMkH1xbV0zvXjDhvaSg0rYFIjmCzN2KTtgQZ08s9-2g1yF5m2qGglwBLD8Nf39qfsGIt_fMvhz9RIfDI8algXdUkLedGhHfyI49ZFSKkhM0JTQuQWeno/s400/gracies+pep.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Quizás por ello esa sensación de vacío. De silencio. De negar lo inevitable. De nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Recuerdo perfectamente el día que se hizo cargo del primer equipo. Y no lo he olvidado porque volví a equivocarme, otra vez. Le dije a mi abuelo que Guardiola no duraría ni dos telediarios en el Barça, y que pronto todo el castillo se volvería a derrumbar. Y, sin embargo, 3 Ligas, 2 Champions League, 1 Copa del Rey, 3 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundiales de clubs después, tuve que tragarme mis propias palabras. Y cuánto me alegro de haberlo hecho. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La marcha de Pep es una mala noticia para el Barça, para sus seguidores, pero también para el fútbol, porque lo hizo más grande y le regaló un poquito de magia, haciendo las delicias de unos y otros allá donde quisiera que fuera. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y después de él, ¿qué? Nadie lo sabe, porque no es nada más que otra de esas preguntas que surgen a lo largo de nuestras vidas y que no tienen respuesta hasta que algo sucede. Si saldrá bien o saldrá mal, si le echará de menos o simplemente se le recordará por todo lo que hizo y consiguió...nada se sabrá hasta que nos crucemos de frente con la realidad, sea la que sea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Guardiola se va, pero no somos pocos los que mantenemos la esperanza de que sólo sea por un rato y que en realidad sus palabras sobre el césped del Camp Nou el día de su despedida se puedan resumir en un 'hasta pronto'; un paréntesis que no se cierre, y una historia con puntos suspensivos en el que el final todavía no está escrito. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Que sólo sea un 'adiós' tras el que se esconda un 'hasta siempre'.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjgSRhfUQgB3ZcCA-pXZpvc2a5KojWgYJBdYm-Ftpq0WJAm5Jfzrr5y6QvBvSd3LavUNkojmlqREv3zMKaiVqw7n__I4ip3Bhw2xQ0mKDlWgia-9K8Pc_adbm8fiK2Urgw3l3B298xA8Y/s1600/Los-jugadores-mantean-a-Pep-Guardiola-durante-el-homenaje-que-le-dieron-en-el-Camp-Nou_bigallery_homearticle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="449" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjgSRhfUQgB3ZcCA-pXZpvc2a5KojWgYJBdYm-Ftpq0WJAm5Jfzrr5y6QvBvSd3LavUNkojmlqREv3zMKaiVqw7n__I4ip3Bhw2xQ0mKDlWgia-9K8Pc_adbm8fiK2Urgw3l3B298xA8Y/s640/Los-jugadores-mantean-a-Pep-Guardiola-durante-el-homenaje-que-le-dieron-en-el-Camp-Nou_bigallery_homearticle.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/T71NIUuwDQU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #2a2a2a; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-18650844126148332672012-04-25T03:25:00.000-07:002012-04-25T06:39:25.321-07:00Equivocarse...y caer.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVaVwODk2t4cb9YqcreaEYIxaTytx2wrJl6UL1xzGfvrZb9CzHCiqKaLhyphenhyphen-S9iaodEdmiACz36Owdfge9gH0odeJl5ejnPSmNJh_fut358VFfZbm5w8KAVUIOAd0gd6hvIaSpZk8DBMiE/s1600/Messi+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="111" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVaVwODk2t4cb9YqcreaEYIxaTytx2wrJl6UL1xzGfvrZb9CzHCiqKaLhyphenhyphen-S9iaodEdmiACz36Owdfge9gH0odeJl5ejnPSmNJh_fut358VFfZbm5w8KAVUIOAd0gd6hvIaSpZk8DBMiE/s200/Messi+1.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">‘Matémosle’ sin darle antes opción a
poder levantar la cabeza tras un fracaso. Culpémosle de las derrotas. Dejémosle
sin nuestro perdón cuando falle un penalty o cuando sus pies manden el balón al
palo. Riámonos de sus lágrimas tras una mala noche o después de que el rival le
deje a las puertas de un sueño. </span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd7h13lEby4atE1nJjruV86mA2aNFKWKaVVuxSvOjVWeun3-YV4ikjFiPDqbykcRsGvp7DOZVP8qgCNuxdxqKiJGfhFXbLVsDFd6pzOhaw1xtWimSrYcCxHD_v6TUutwfI0jgkvVhkHzQ/s1600/Messi+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd7h13lEby4atE1nJjruV86mA2aNFKWKaVVuxSvOjVWeun3-YV4ikjFiPDqbykcRsGvp7DOZVP8qgCNuxdxqKiJGfhFXbLVsDFd6pzOhaw1xtWimSrYcCxHD_v6TUutwfI0jgkvVhkHzQ/s200/Messi+2.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Hagamos que sus 243 goles vistiendo la camiseta
con la que ha crecido se queden en nada. Abandonemos sus tres Balones de Oro consecutivos
en el rincón más escondido de nuestra frágil memoria. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsg9uvmCor9G_uoJk2wBPAHYVnp9zs3q8jpifiUNZf769BL59OSzovhn8ZU-7cMjEU2VdmnWYiarVJbYJeBUwtGjQvyz1Vcg9Jz-sh1f8AHYVYem8Y4xi5EpRmEV_hj777gIjhgZhL4KY/s1600/Messi+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: right;"><img border="0" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsg9uvmCor9G_uoJk2wBPAHYVnp9zs3q8jpifiUNZf769BL59OSzovhn8ZU-7cMjEU2VdmnWYiarVJbYJeBUwtGjQvyz1Vcg9Jz-sh1f8AHYVYem8Y4xi5EpRmEV_hj777gIjhgZhL4KY/s200/Messi+2.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Silenciemos las voces que
se rindan ante él. Borremos de nuestras retinas las obras de arte más bellas
jamás vistas sobre el césped que llevan su firma. Neguemos que todos, en algún
momento u otro, nos enamoramos de él y de su fútbol. </span><br />
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Quitémosle mérito a su
lucha, tanto la que mantiene contra sus enemigos como la que le enfrenta a sí
mismo. </span><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Pongámosle techo e impidamos que siga siendo capaz de agotar las palabras que hablen de él. </span><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Hagamos de su nombre –y del número 10- un tabú. Prohibamos que los niños
quieran ser como él. </span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; text-align: justify;"><br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; text-align: justify;">Insistamos, incansables, en decir que
ese pequeño que un día nos dijo que no olvidáramos su nombre no existió, y que
sólo fue quien fue en la cabeza de quienes alguna vez soñaron con que había un
mundo, el del fútbol, en el que la magia podía dejar de ser una utopía
inalcanzable. </span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;">Mantengámonos impasibles ante la
realidad de que el fútbol es un reflejo más de la vida, en la que a veces se
gana…pero también se pierde. Y que incluso los más grandes, pueden equivocarse
alguna vez.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;"><br /></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-large;">* * *</b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div style="text-align: justify;">
<b style="font-family: Arial; font-size: 15px;">Leo, gracias por equivocarte y por enseñarnos que los errores, al fin y al cabo, siempre acaban haciéndonos un poco más fuertes. Y es que a veces, para ser el mejor -y Messi lo es y lo será a pesar de todo-, uno tiene que haber aprendido antes a caer.</b></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px;"><span style="color: black;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px;"><span style="color: black;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK1irmisvJWBtNmiqeia5CQq7mNDRuWeUnU-_KXdV4YDu1FzV2qStq9zr8GOP-y1hTGz1yRYBNcO_yLdpv9UQkQn0quZ3Tl8FQJX-8sB4ZDjNiaV1Qfy8D9brXp8VI2ngarUUxFWmjfQE/s1600/Messi+4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="498" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK1irmisvJWBtNmiqeia5CQq7mNDRuWeUnU-_KXdV4YDu1FzV2qStq9zr8GOP-y1hTGz1yRYBNcO_yLdpv9UQkQn0quZ3Tl8FQJX-8sB4ZDjNiaV1Qfy8D9brXp8VI2ngarUUxFWmjfQE/s640/Messi+4.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px;"><span style="color: black;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"><br /></span></span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-60818537673965242772012-04-15T13:49:00.006-07:002012-04-16T10:38:10.932-07:00A veces un minuto destruye otros 92.<div style="text-align: justify; line-height: normal;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); color: rgb(51, 51, 51); line-height: 18px;"><span>'A veces un minuto destruye 23 horas y 59 minutos'. Esto es lo que leí hace unos días, y hoy no he podido evitar acordarme de estas palabras cuando en el último suspiro, el Deportivo silenciaba Balaídos después de que uno de los hombres de José Luis Oltra pusiera el 2-3 final en el marcador de un gran derbi que ya arrastraba la etiqueta de 'Galicia calidade' y que no defraudó en absoluto. </span></span></div><div style="text-align: justify; line-height: normal;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); color: rgb(51, 51, 51); line-height: 18px;"><span><br /></span></span></div><div style="text-align: justify; line-height: normal;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); color: rgb(51, 51, 51); line-height: 18px;"><span>En este caso, un minuto no destruyó 23 horas y 59 minutos, pero sí los 92 que duró la gran fiesta del fútbol gallego. A 1000 kilómetros, yo también he vivido el Celta - Depor, como si la distancia no fuera obstáculo alguno para sufrir con el gran partido que se han marcado unos y otros. Y es que el hecho de que los dos equipos gallegos manden al frente de la clasificación de la categoría de plata no es casualidad, y sobre el césped del templo vigués quisieron volver a demostrar que el año que viene quieren estar entre los mejores. En Primera. Sí. Ambos lo merecen. Y sería muy injusto que alguno de los dos se quedara a las puertas de ese cielo por el que llevan luchando a lo largo de todo este año. El Celta ya sabe lo que es quedarse con la miel en los labios -la temporada pasada cayó en los play-off de ascenso- y no quiere que se repita la misma historia de antaño, mientras que el Depor quiere cumplir con la promesa de volver cuanto antes que hizo instantes después de haber llorado por un descenso que dolió, y mucho, en Riazor, pero que también ha servido para curar viejas heridas y provocar que la afición blanquiazul y su equipo se vuelvan a abrazar como años atrás, a sabiendas que juntos son más fuertes. </span></span></div><div style="text-align: justify; line-height: normal;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); color: rgb(51, 51, 51); line-height: 18px;"><span><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Balaídos quería vestirse de gala para recibir al eterno rival, y lo consiguió. Inmejorable el aspecto que presentaban las gradas del estadio, ocupadas por aficionados de uno y otro equipo que no cesaron en su empeño por apoyar de forma incansable a Celta y Depor. Mentiría si dijera que no me hubiera gustado estar ahí, sobre todo en esos momentos previos al pitido inicial en que parece pararse el mundo y en los que los nervios y la ilusión se mezclan y se apoderan de ti. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Reconozco que no tenía muy claro qué iba a pasar en los minutos que estaban por venir. No sabía si los tres puntos se iban a quedar en casa, si iban a volar hasta Riazor o si los dos mejores equipos de Galicia iban a ser más amigos que nunca y repartírselos. Siempre hay un favorito, alguien que parte con ventaja, pero no. Esta vez, el futuro más inmediato estaba más que borroso. Aunque sí tenía una corazonada... la de que el partido que acababa de empezar nos iba a regalar grandes momentos. Y no fallé.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Empezó el Celta queriendo hacer lo de siempre, ser dueño y señor del balón, pero cuando apenas se habían consumido los dos primeros minutos de partido, Riki adelantó al Depor, dando el primer golpe sobre la mesa y reflejando que las intenciones de los coruñeses no se limitaban a un paseo por Vigo y sí a conseguir una victoria que les acercaría todavía más al ascenso directo soñado. Sin embargo, los hombres de Paco Herrera no bajaron los brazos y se hicieron con el control del encuentro. Parecía bailar el equipo celeste, que encerró al Deportivo en su propio campo y que insistió una y otra vez llevando mucho peligro a la portería custodiada por Aranzubía. Así fue el guión de una primera parte muy intensa, que sólo se vio empañada por la polémica generada entorno a la lesión del futbolista que había abierto el marcador, que acabó con el árbitro Miranda Torres negándose a parar el partido por estar Riki en el suelo y sin que Oltra le cambiara, y con una amarilla para el jugador deportivista.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">La segunda mitad se inició siguiendo los parámetros de la segunda, aunque el Depor se mostró más fuerte en ataque. Prueba de ello fue el gol de Lassad en el 62, que ponía en ventaja a los herculinos y que pareció dejar sentenciado ya entonces el partido. ¿Quién iba a imaginar que los de Herrera se levantaría? Pero sí, lo hicieron, y devolvieron la esperanza a su afición, que a pesar de ir perdiendo, no calló y siguió animando a los suyos con el objetivo de que se mantuvieran vivos en la lucha que se estaba produciendo sobre el campo. Tras la salida de Valerón, el Deportivo vio cómo el Celta se lanzaba a por la remontada y cómo De Lucas acortaba diferencias a los cinco minutos del segundo tanto de los visitantes. Y cuando faltaban ocho minutos para el final, otra vez los de casa tiraban de épica y empataban gracias a Catalá un partido que el Depor había tenido en sus manos durante gran parte del mismo. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Y cuando todo parecía resuelto, cuando unos y otros ya se daban por contentos con el empate, apareció de la nada una falta que tras ser lanzada y posteriormente rechazada por Yoel, acabó en Borja, que remató con la cabeza y dejó el balón en el fondo de la red, poneindo el 2-3 definitivo en el marcador. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Y Balaídos calló. Y el Deportivo enloqueció. Habían ganado ese partido y estuvieron a punto de perderlo en los 90 minutos que duró para después volver a hacerse con él en el tiempo añadido, cuando las agujas del reloj a punto estaban de marcar ya el desenlace del derbi que durante tanto tiempo el fútbol había esperado.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Sí, esta vez, el Depor fue quién saboreó la victoria ante un gran rival que no mereció perder pero que lo hizo con la cabeza bien alta y luchando hasta el final.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Las luces se apagaron, y la fiesta del fútbol gallego se acabó. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="line-height: 18px;">Y en ese momento, sólo pude pensar en que quería que ese fuera el último Celta - Depor que tuviera que ver en Segunda. </span></span></div><div style="text-align: justify; line-height: normal;font-family:Georgia,serif;font-size:100%;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); color: rgb(51, 51, 51); line-height: 18px;font-family:'lucida grande',tahoma,verdana,arial,sans-serif;"><br /></span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-22635856127171411122012-04-14T04:04:00.004-07:002012-04-14T04:41:22.777-07:00Balaídos nos invita a la gran fiesta del fútbol gallego<div style="text-align: justify; "><span >Galicia significa una pequeña gran parte de mí. Es mi cuna, y también ese trozo de cielo que todos nos empeñamos en buscar a lo largo de nuestra vida. Quizás por ello espero durante casi los 365 días del año que lleguen días como el de mañana. </span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Todo está preparado para la 'otra' gran fiesta del fútbol gallego. Y digo la otra porque Riazor y Balaídos se reparten el honor de acoger el partido que enfrenta a los dos mejores equipos de la tierra de las meigas. </span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Depor y Celta. </span><span >Celta y Depor. </span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; ">Quién ha tenido la oportunidad de vivirlo de cerca, sabe que no hay un derby como éste, donde nada está escrito, donde todo puede pasar. </span><span style="font-family: arial; ">Y donde nunca falla la magia. U</span><span style="font-family: arial; ">na lucha a muerte. Al todo o nada. Cuyo final se cierra en una sonrisa o en una lágrima. De esas historias de las que esperas demasiado y pocas veces defraudan, por no decir ninguna. </span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; ">Mañana le toca el turno a Balaídos. Se llenará por primera vez en mucho tiempo. ¿Cuando fue la última vez que sucedió algo así? Casi nadie se acuerda en Vigo. Ni tan siquiera cuando el Celta se enfundó el traje de la Champions, todos los asientos del estadio tenían dueño. Y esto sólo es una muestra más de que el día de mañana no es un día cualquiera, sino especial. Y puede que un paso más en el camino que tanto Celta como Deportivo han construido esta temporada. Su destino final, Primera. </span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; ">Su trayectoria hasta ahora, la de ambos, es irreprochable. Uno, al mando de José Luis Oltra, encabeza la carrera con un colchón suficiente que le hace soñar, todavía más, con su regreso a la categoría de oro del fútbol español un año después de haberle dicho adiós y cuando apenas faltan unas cuantas semanas para el final; el otro, con Paco Herrera al mando del timón, sigue el rastro de su eterno rival, mirando de reojo, eso sí, a un Valladolid que le pisa los talones. </span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; ">Más no se puede pedir. Ambos equipos llegan en el mejor momento posible, habiendo demostrado a lo largo de todo este tiempo que la Liga de plata se les queda pequeña y que merecen algo más. Su fútbol refleja que este no es su lugar, y que el suyo, está entre los mejores.</span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span style="font-family: arial; ">Nadie sabe qué pasará mañana en Balaídos. Yo tampoco. </span><span style="font-family: arial; ">Pero ojalá este sea el último derby gallego de Segunda. </span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-16268793898310577442012-04-10T13:41:00.003-07:002012-04-11T06:04:48.687-07:00La marioneta de Mourinho.<div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; font-style: normal; text-align: justify; "><span >El <span style="font-style: italic; ">show </span>de Mourinho continúa. Ni se acaba, ni da tregua alguna. Cada día es un acto más de su gran obra de teatro, en la que no falta ningún detalle. Ni tan siquiera un títere o una marioneta a la que manejar.</span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; font-style: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Que Xosé Mourinho es uno de los mejores entrenadores que actualmente conviven en el mundo del fútbol es indiscutible. Sus números y su trayectoria, así como su palmarés, lo demuestran. No, no hay duda alguna. Pero de la misma manera que quien le discuta como técnico es un loco, tampoco hay que olvidar que ha creado alrededor de él un personaje al margen del Mourinho persona y del Mourinho entrenador que no gusta a todos y que, a veces, pone en peligro la estabilidad de su propio entorno y de quienes le rodean. Sus pasos y sus palabras levantan huracanes allí donde dejan huella y donde resuenan, y la polémica se ha convertido en su más fiel amiga.</span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Quizás es su escudo, su arma de protección, pero su faceta de <i>showman </i>ha empezado a sobrepasar unos límites que hacen tambalear los cimientos de su propio equipo. Sí, todos conocemos a 'Mou'. Ya sabíamos cómo era antes y lo comprobamos cuando aterrizó en el fútbol español, pero bien es cierto que el convertirse en el capitán de un barco tan colosal como el Real Madrid -no hay que olvidar que estamos hablando del mejor equipo del siglo XX- ha hecho que su otro 'yo' se haya magnificado tanto que incluso los que en un principio cerraron filas entorno a él se han dado cuenta de que eso no es bueno y rehúyen ahora del luso, que ha decidido que el silencio es la manera perfecta para mostrar su posición de 'yo contra el mundo'. </span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Antes hablaba. Mucho, demasiado y mal, en ocasiones llegando a menospreciar a colegas de su propio gremio, a rivales y los periodistas que tienen que llevar el pan cada día a su casa y que hacen su trabajo, de la misma manera que el deber de Mourinho recae en la función de dirigir a un grande como el Madrid y con el objetivo de llenar aún más las ya repletas vitrinas del Santiago Bernabéu.</span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Sin embargo, ahora Mourinho ha cambiado de estrategia. Ya no quiere estar en primera línea, ni ser el protagonista principal, aunque, es obvio, indirectamente sigue siéndolo. No, ahora calla. Dicen que para rebajar la tensión. Pero...¿qué tensión? ¿La que él mismo ha sembrado en su propio vestuario? Porque quien diga que no existen dos bandos claramente diferenciados en el Madrid a día de hoy -el clan de los portugueses + Di María + Khedira por un lado, y el de todos los demás, en los que los españoles forman el gran grueso, por otro- miente. De nada sirve mantener las formas y las apariencias, hay cosas que se ven incluso desde lejos.</span></div><div style="font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Pues bueno, Mourinho ya no habla para rebajar la tensión y para que su cruzada contra los árbitros -la que intenta disimular semana tras semana, pero que deja caer en cada oportunidad que tiene-, y por ello, planta a Aitor Karanka en las ruedas de prensa para que hable por él. 'Que ponga voz a mis mensajes', debe pensar 'Mou'. Y ya van 43.</span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Karanka no es sólo el segundo técnico del Real Madrid. También es la marioneta de Mourinho. El portugués se esconde, no da la cara (y eso que recuerdo que una vez dijo que cuando su equipo no ganaba, él siempre la daba), pero lo controla todo. Es omnipresente y omnipotente. Karanka es un muñeco de trapo movido por las manos de Mourinho, que no se deja ningún cabo suelto. Total...nadie le frena ni le para los pies. Y ya se sabe que cuando uno tiene poder...siempre quiere más. </span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Las ruedas de prensa del Real Madrid se han convertido en los últimos tiempos en escenas que rozan la vergüenza. Ni tres minutos atendiendo a los periodistas, mensajes preparados y estáticos -sea la pregunta que sea, qué más da, el discurso es el mismo-, palabras medidas y estudiadas al milímetros, respuestas que tan sólo echan balones fuera... y frases como ese 'si nos dejan...' que el otro día acuñó el eterno secundario de un club que está permitiendo que una persona diluya y evapore una imagen que se ha construido a lo largo de 110 años de historia. </span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Y es que entre sus obligaciones como entrenador está la de salir a dar la cara antes y después de un partido, siempre. Se gane, se empate o se pierda. Es su deber. Y esto de usar a Karanka como títere es un paripé que tarde o temprano, hará daño.</span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><span>Yo no soy del Madrid, pero tampoco creo que se merezca que el <i>showman </i>'Mou' haga saltar todo por los aires. Porque si no lo ha hecho todavía, lo hará. Y no muy tarde. </span><span>Papá sí es del Madrid, y ya ha agotado su paciencia con Mourinho. Y como él, muchos que quieren ver al portugués lejos del Bernabéu.</span></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Y sí, su 'adiós' quizás sea el mejor bálsamo para que el líder de esta Liga recupere todo el honor que parece haber ido perdiendo en los últimos dos años.</span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Quizás sea necesario ya, por fin, un final para esta obra de teatro que empieza a ser interminable e insoportable.</span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; text-align: justify; "><span><br /></span></div><div style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; text-align: justify; "><span> </span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-8677986832625152782012-04-07T12:59:00.004-07:002012-04-07T13:29:44.807-07:00En boca cerrada...<div align="justify"><span style="font-family:arial;">...no entran moscas, señor Clemente. Debería usted saberlo. Suficientes son los años que ha vivido para haber aprendido que a veces es mejor callarse, aunque el silencio no sea precisamente su mejor amigo. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">El fútbol no necesita personajes como usted. El Sporting tampoco. </span></div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Echando la vista atrás, no es de extrañar que reciba las críticas que le regalamos muchos, porque no entendemos por qué esa necesidad de hacer daño, por qué esa obsesión por ser el centro del mundo a costa de lo que sea, llevándose por delante todo lo que se cruza en su camino. Sea quién sea. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Día a día, semana tras semana, no hace más que evidenciarse. Mostrar lo peor de sí. Quizás es que no hay más, que verdaderamente sus palabras -si es que a todo lo que sale por su boca merece ese nombre- son el espejo perfecto en donde se refleja su persona. ¿Por qué, señor Clemente? No pague su enfado con el mundo y con la vida con los demás. Ya bastante feo es y está todo como para que algunas personas se dediquen a podrirlo todo mucho más. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Siempre me ha parecido usted una persona necesitada de protagonismo. Egocéntrico y egoísta. Obsesionado por estar siempre en primera línea fuera de los campos de fútbol. Y debería saber que este deporte requiere que se hable sobre el césped, no fuera. Lo que le hace digno o no, lo que le hace ser un espectáculo -casi un modo de vida para muchos- o un 'drama', es lo que ocurre desde que un árbitro señala el inicio de un partido hasta que se consume el tiempo de éste. No lo que sucede fuera de ello. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Pero usted...usted centra todos los focos a ese margen externo al campo de fútbol. No hace más que escupir sobre cualquier cabeza toda su rabia y todo su mal carácter. Qué más da pisar todo lo que se encuentre en su camino. No importa, señor Clemente, ¿verdad?</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">No me cae bien, es obvio. Es un sinvergüenza, intolerable, bocazas y mala persona. Lo demuestran sus palabras y sus actos. Su manera de hacer. El otro día 'humilló' a un periodista y le 'amenazó' gratuitamente. Hoy, en lugar de cerrar filas entorno a su equipo, deja caer que los hombres que tiene bajo sus órdenes no son de Primera, y les deja a la altura del betún, a pesar de que la situación es ya bastante difícil y crítica. Pero a usted no le importa. En lugar de ser un empujón, en lugar de reconocer errores propios y buscar incansablemente la esperanza en un último tramo que se le hará muy costoso al Sporting, como si se le fuera la vida en ello, no, usted se dedica a despotricar y a afear a un equipo histórico y que siempre ha merecido el cariño de todos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">El Sporting no se merece tener a alguien como usted ocupando su banquillo en El Molinón. Si antes estaba condenado, ahora, desde su llegada, y gracias no sólo a una dirección del equipo pésima, sino también a las polémicas que protagoniza, se quema poco a poco. El Sporting se muere. Una muerte lenta y dura, de las que duelen. Preparando un adiós que no merece, y autoconvenciéndose -eso solemos hacerlos todos cuando tenemos miedo a algo- de que lo que parece ahora irremediable sucederá. Y quizás con la pena y la mala consciencia de haber confiado en usted para sobrevivir.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">¿Las comparaciones son odiosas, eh, señor Clemente?</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Y sí, puede ser, pero Manolo Preciado nunca debió haberse ido del Sporting. Al menos, además de ser un entrenador excelente, también sabía ser persona.</span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-77685103803871259432012-03-31T06:21:00.004-07:002012-03-31T07:00:38.071-07:00El día en que Europa se enamoró (otra vez) del Athletic.<div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >'Yo no me muero sin pisar San Mamés'. Estas son ocho palabras que no me abandonan nunca desde hace ya algún tiempo. Y tengo que darme prisa si quiero poner los pies en el templo del fútbol. El traslado es casi inminente, y mi deseo vive en una constante contrarreloj que no tiene freno. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Y aunque mis colores son otros bien distintos, para qué negarlo... El Athletic es uno de esos equipos que me han robado el corazón. Y si fuera sólo a mí... Pero no. Muy pocos pueden negarse a rendirse alguna vez que otra al conjunto que hoy funciona (y sueña también) bajo las órdenes de <b>Marcelo Bielsa</b>, considerado por mucho el 'maestro de los maestros'. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Y ese 'amor' que algunos sentimos por el equipo de Bilbao, más apasionado que fiel, ya no sólo sobrevive entre las cuatro paredes de nuestro país. Ahora también ha traspasado fronteras, y va más allá. Mucho más allá. Y todo por culpa de la garra de unos chicos que no se esconden nunca. Y que no se rinden ni tiran la toalla. Que por muy mal que vayan las cosas siempre son capaces de salir a flote con más fuerza, si cabe, que antes, y dejando a propios y a extraños con la boca abierta. Marca de la casa, 'made in Lezama'.</span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><span>Europa se ha enamorado del Athletic. Y se enamora no una, ni dos veces. Quizás tampoco sean sólo tres. Una y otra vez, semana tras semana, el sueño que mantiene vivos a los de <b>Bielsa </b>en la Europa League es el sueño de todos a los que reservan parte de su vida al fútbol. De forma activa o pasiva, qué más da. Soñamos con ellos y sonreímos con cada victoria. Aplaudimos cada gol y agotamos las palabras para hablar de un equipo que nos ha regalado noches -aún siendo muchas, parecen pocas- mágicas a lo largo de la historia. </span><span style="font-weight: normal; ">Los 'otros', los demás, esperamos con ansia, ilusión y expectación el día en que nos toca enfrentarnos al Athletic, porque sabemos que sobre el césped veremos fútbol puro y duro, sin nada que lo estropee ni lo contamine. Sólo fútbol, del mejor. De calidad. Del que hace vibrar y sufrir hasta el último instante. </span></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnzFAwd4il8U1RmSDAEQZFD3S33o5-bpuMzZUokW_5yf2e4D1Wa9-mZrWtcry1USLkWluEixiA5KMXkCHBqU-c04ABnh1kXXfTFTCkZiBfLDYId0S4XNf2dWL5w9QwGJFrorOFtuHjMjc/s1600/schalke_athletic_478x345.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 289px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnzFAwd4il8U1RmSDAEQZFD3S33o5-bpuMzZUokW_5yf2e4D1Wa9-mZrWtcry1USLkWluEixiA5KMXkCHBqU-c04ABnh1kXXfTFTCkZiBfLDYId0S4XNf2dWL5w9QwGJFrorOFtuHjMjc/s400/schalke_athletic_478x345.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5726060502193274450" /></a><br /><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >El jueves, el Athletic volvió a enamorar a Europa. Sí. Otra vez. Porque los chicos de <b>Bielsa </b>no tuvieron bastante con hacer leyenda al borrar del mapa a un grande como el Manchester United. Enfundados en el traje de 'matagigantes', los héroes del conjunto vasco hicieron suyo el 'Teatro de los sueños', un Old Trafford que fue testigo de lo imposible, y de unos de los mejores partidos que he visto en los últimos tiempos. Y la vuelta en San Mamés, sólo fue un paso más, entre tantos pasos que han llevado al Athletic a estar donde está. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >El escenario que silenció el pasado jueves, sin embargo, fue otro. El Veltins Arena. La casa del Schalke 04 de <b>Raúl</b>. No fue fácil. Las cosas empezaron mal. El partido era un ir y venir de unos y otros, un encuentro loco y apoteósico en el que todo puede pasar, y en el que si pestañeas, te lo pierdes. Y perdérselo hubiera sido un error (casi) imperdonable. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Enfrente, <b>Raúl</b>. Uno que no se cansa nunca de hacer lo que mejor sabe. Cuyas botas parecen impregnadas eternamente de un fútbol que no se agota ni se diluye, y que permanece intacto a pesar del paso del tiempo. Él solito puso entre las cuerdas a los de <b>Bielsa</b>, antes de que llegara el descanso y de que cambiara todo el guión de la historia del partido. <b>Fernando Llorente </b>volvió a demostrar que es uno de los firmes candidatos a ocupar una de las plazas destinadas a los delanteros en la Selección Española en la Eurocopa 2012. Su estado de forma es a día de hoy irreprochable e inconmensurable. Todo lo que toca, o casi, muere en el fondo de la red. Y <b>De Marcos </b>y <b>Muniain</b>, los encargados de firmar los dos últimos tantos del 2-4 ante el Schalke-, sin palabras... El futuro está en sus manos, y pronto, si es que no lo son ya, pasarán a formar parte del grupo de los 'grandes'. De los que todos recuerdan su nombre y de los que nadie puede hablar mal de ellos. Su hambre puede con todo. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >Y así es como el Athletic acaricia las semifinales de la Europa League. Sembrando sueños e ilusiones por doquier. A un paso de otra final que se sumaría a la de la Copa del Rey y que haría de la temporada de los de San Mamés un año de 10. Aunque ya lo es ahora.</span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span >Esta noche se enfrentan al Barça de <b>Guardiola</b>. Dicen que llegan cansados, porque apenas han tenido 47 horas de 'resaca', pero si de algo estoy segura es que este Athletic nunca muere. Y tampoco lo hará hoy. Puede perder, pero no hay duda de que el espectáculo, su show, está más que a salvo. </span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span ><br /></span></div><div style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify; "><span >¡Que viva el fútbol! </span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-54342472967096035422012-03-27T12:29:00.005-07:002012-03-27T13:31:43.771-07:00¿Qué pasa con Emery?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinW_LhZDaJTj-CY9wU5a9aFiTuBVIaiJvJwK3_HzjchMQ3Jeel3tPIwLeO2JdP_lj5meLq4KqxYcfvqxIG6jLPTx45w4oo0hUDbadqEsKw8MrGEn-3V1l5l0xic8ypqHVxb1zG0nATh0Q/s1600/Unai-Emery.jpg" style="font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinW_LhZDaJTj-CY9wU5a9aFiTuBVIaiJvJwK3_HzjchMQ3Jeel3tPIwLeO2JdP_lj5meLq4KqxYcfvqxIG6jLPTx45w4oo0hUDbadqEsKw8MrGEn-3V1l5l0xic8ypqHVxb1zG0nATh0Q/s400/Unai-Emery.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5724667269282019426" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span>Reconocer que el nombre de <b>Unai Emery</b> está el saco de los mejores técnicos que a día de hoy existen en el fútbol español no es un error ni un disparate. Tampoco es equivocarse. Sólo es rendirse ante la evidencia, aunque su camino en el Valencia esté ahora repleto de piedras que entorpecen su andar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>Sí, <b>Unai</b> tiene un pie y medio -sino dos- fuera del equipo levantino. Y sí, su futuro parece estar más lejos de Paterna que nunca, pero su trabajo y su manera de hacer son irreprochables. Aunque no guste a todo el mundo, aunque sean muchos los que no le quieren al frente del banquillo ché y quienes piden, día sí y día también, su salida. </span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>De los últimos 45 puntos en juego en Liga, el Valencia sólo ha sumado 17. Cuatro victorias, cinco empates y seis derrotas han sembrado la duda en el seno del club y en la grada de Mestalla. Una grada que incomprensiblemente arde en deseos por que <b>Emery</b> deje de ser el técnico de su equipo. Y digo incomprensiblemente, porque no se entiende que se pida la cabeza de un entrenador que ha mantenido al Valencia en lo más alto posible, teniendo en cuenta que el imperio de dos gigantes intratables como Barça y Madrid es inalcanzable para los demás. Terceros en Liga y vivos en la lucha por la Europa League... que le pregunten, sino, a muchos otros equipos, a muchos otros técnicos y a muchos otros seguidores cuánto darían por estar en la misma situación que el Valencia. Pocos se negarían.</span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>Entiendo que las sensaciones sean malas tras encadenar resultados no demasiado buenos. Entiendo que la gente tiemble viendo a una defensa floja y que se derrumba. Entiendo que el ánimo decaiga y que las cosas se vean negras ahora que la tercera plaza está en peligro ante el empuje de los que vienen atrás, de los Málaga, Levante, Osasuna, Espanyol y demás que aún no tiran la toalla, ni por el bronce ni por un cuarto que abre las puertas al sueño de la Champions. Entiendo el enfado y el malestar de una grada acostumbrada a vivir grandes momentos en las últimas décadas y que ahora ven que éstos se diluyen, quedando al borde de la desaparición.</span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>Pero no entiendo las críticas a <b>Unai Emery</b>. Ni las entiendo, ni las comparto. Porque si hay algo que caracteriza al técnico vasco desde que cogió las riendas del Valencia en la temporada 2008-2009 es su apuesta por el fútbol atrevido, por jugar de tú a tú también a los más grandes, llegando, incluso, a ponerles contra las cuerdas. Echarle la culpa a alguien que ha tenido que sobrevivir al 'adiós' forzado de las piezas indispensables del puzzle valencianista -véanse <b>David Villa</b>, <b>David Silva</b> y <b>Juan Mata</b>- y que ha tenido que volver a construir el castillo desde abajo confiando en futbolistas jóvenes que apuntan maneras pero que necesitan crecer -<b>Jordi Alba</b>, <b>Sergio Canales</b>, o el propio <b>Roberto Soldado</b>-, o a alguien que ha sabido apagar alguno de los incendios que se han producido en el vestuario, es de cobardes. De no saber reconocer que no hay un único responsable y que, por tanto, las culpas deberían ser compartidas por todos -y cuando digo todos, me refiero precisamente a eso, a todos- y no centradas sobre la cabeza de uno solo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>¿Es <b>Unai</b> el gran incomprendido? ¿Es justo echarle la soga al cuello? </span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span>Sea como sea, y con su futuro en el aire, los próximos partidos del Valencia -ante el AZ Alkmaar en Europa League y el derby ante el Levante de este domingo- se antojan como dos verdaderas finales para un <b>Emery</b> al que parece que se le ha agotado el crédito en un club que parece haber dejado de creer en él. </span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-87728794905518353262012-03-21T10:31:00.022-07:002012-03-21T14:19:34.794-07:00La magia inextinguible de un pequeño que alcanzó el cielo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center; "><div class="separator" style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; font-size: 100%; font-family: Georgia, serif; clear: both; "><object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" src="http://3.gvt0.com/vi/SixO46Rtwcc/0.jpg" height="266" width="320"><span><br /><br /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/SixO46Rtwcc&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash"></embed></span></object></div><div class="separator" style="clear: both; "><span><br /><br /><br /><p class="MsoNormal" style="font-style: normal; text-align: justify; "><span ><span lang="CA" style="background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; ">Érase una vez un niño de 24 años que desde que era muy pequeñito soñó con tocar el cielo del fútbol. Se llamaba <b>Leo</b>, y alguna vez su sonrisa tímida nos había dicho que no olvidáramos su nombre, como si ya entonces supiera que él iba a ser el protagonista indiscutible de las escenas más bonitas que la historia del fútbol nos acabaría regalando.</span><span lang="CA"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-style: normal; text-align: justify; "><span ><b><span lang="CA" style="background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; ">Leo</span></b><span lang="CA" style="background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; "> había empezado a soñar en las calles de Rosario, aunque quizás nunca imaginó que sus sueños llegarían tan lejos y que se transformarían en una realidad que haría feliz a millones de personas alrededor del mundo. Era muy chiquitito cuando dio su primera patada a un balón. A penas tenía cuatro añitos, y no sabía que un gesto tan inocente como aquel -el de empujar un balón- sería su primer paso en un camino sublime marcado por momentos imborrables que se quedarían en la retina de los enamorados del fútbol.</span></span></p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAAqg9OxznT3p9JHrUgJrEvJjUF31V-3jkCu0ah5PXELef3HHQBxJLjPjpWA1uCk3ltGL9nj3Va1wAjV6_zVV5RVkj4S7T_bPq62q2sDQ60cYP0AQZv5NnM6NZty4POTBwPn92h6Uh6vs/s1600/1509649.jpg" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAAqg9OxznT3p9JHrUgJrEvJjUF31V-3jkCu0ah5PXELef3HHQBxJLjPjpWA1uCk3ltGL9nj3Va1wAjV6_zVV5RVkj4S7T_bPq62q2sDQ60cYP0AQZv5NnM6NZty4POTBwPn92h6Uh6vs/s400/1509649.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5722445964604242162" style="float: center; margin-top: 0px; margin-right: 10px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px; " /></a><br /><div style="font-style: normal; font-family: Georgia, serif; text-align: left; "><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span lang="CA" style="font-family: Arial; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; ">Si hubiera podido escoger, es muy probable que hubiera elegido crecer al lado de su abuela, a quien <b>Leo</b> tanto quería. Pero ella se fue. Y lo hizo para no volver, para siempre, aunque su pequeño, su verdadero ojito derecho, jamás la olvidó. Tan sólo tenía que levantar la cabeza hacia el cielo y repetir en voz muy bajita, casi en silencio, un 'esto va por ti' que quizás escondiera, en realidad, un 'te quiero'.</span><span lang="CA" style="font-family: Tahoma; "><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span style="background-color: white; font-family: Arial; text-align: left; ">Así, sin soltar su manita de la de su abuela, el chiquitín creció. Su única obsesión, su única droga, era el fútbol. El fútbol... y el balón, que pareció coserlo para siempre a sus pies. Quienes le veían, sabían que ese niño guardaba en sí una magia al alcance de muy pocos, y ya entonces sabían que su futuro estaba escrito y que tenía reservado un lugar firme e indiscutible en el olimpo del mundo del fútbol.</span></p></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJNciVEQqxp199Q4NLIMej4B3A3DM_73C2uMCDhBZHMSwe2vUcb2UHd2RilERqLgHDnb6MrRHere46ObVZKIiCsTnObUvfBXADczQeazlndln2BotggvmESYEHHGaEjyLuYnrs37JyIrs/s1600/leo-messi-wallpaper-1212-1262.jpg" style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJNciVEQqxp199Q4NLIMej4B3A3DM_73C2uMCDhBZHMSwe2vUcb2UHd2RilERqLgHDnb6MrRHere46ObVZKIiCsTnObUvfBXADczQeazlndln2BotggvmESYEHHGaEjyLuYnrs37JyIrs/s400/leo-messi-wallpaper-1212-1262.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5722447404328591906" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; cursor: pointer; width: 400px; height: 250px; " /></a><div style="font-style: normal; font-family: Georgia, serif; text-align: left; "><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span lang="CA" style="font-family: Arial; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; ">Pero él era ajeno a todo ello. Con la humildad como su más preciado tesoro bajo el brazo, <b>Leo</b> se aislaba de todo cuanto pasaba a su alrededor. No importaba que poco a poco fuera agotando las palabras a aquellos que intentaban buscar un término que lo definiera sin dejar lugar a dudas de quién y cómo era ese chico argentino que, sin hacer demasiado ruido, sedujo a tantas y tantas personas. Él...a lo suyo,incansable, inagotable.Escribiendo día a día nuevas páginas en la historia del fútbol, y cada una de ellas más inédita y brillante que la anterior. De esas que no se borran, de esas que no se olvidan y que permanecen intactas aún a pesar del paso del tiempo. Se dedicaba a romper todas las reglas de las matemáticas, a coleccionar balones -algunos de ellos, de oro-, a recoger elogios a donde quisiera que fuera, a escuchar cómo millones de voces coreaban su nombre -algunas veces gritando, otras callando-, a dibujar sonrisas en los que veían en él su propio reflejo y en los que querían ser como él, a construir ilusiones en aquellos que parecían haberlas perdido, y a devolver la esperanza a quienes ya no la tenían.</span><span lang="CA" style="font-family: Tahoma; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; "><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span lang="CA" style="font-family: Arial; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; "><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyk2mvY3YS22F_v4Qhn0yGHmOaGpPpnyxzoxVDkPhPiFGpsaixayD7E0c5l7zkd-MkCCHcH6YksyX2XNhUH5p3CIvBROaQI44571VLtFYEtOYyjZ780MdsO7SWlw5qIndGY0tttUcAQ-k/s1600/barcelona_betis_messi_balon_oro.jpg"></a></span><span lang="CA" style="font-family: Tahoma; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; "><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span style="background-color: white; font-family: Arial; ">A hacer grande el fútbol.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span style="background-color: white; font-family: Arial; text-align: left; ">Érase una vez un niño de 24 años que desde que era muy pequeñito soñó con tocar el cielo del fútbol...y lo tocó. Un niño llamado </span><b style="background-color: white; font-family: Arial; text-align: left; ">Leo Messi</b><span style="background-color: white; font-family: Arial; text-align: left; ">.</span></p></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsIB8b4G0K-RsB700_6sISYbLHFz2QWty_Fc0kM08j3pmn-gGxRXeWl8EV-Jm_rwG0SdE0KfdimQOzPbqLVqoCbZ_cFKcu7D8iSNe93v69G6IdTUoC7tXjTv5tJzaW2FGE6uCbBwDRY4w/s1600/Lionel-Messi1.jpg" style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsIB8b4G0K-RsB700_6sISYbLHFz2QWty_Fc0kM08j3pmn-gGxRXeWl8EV-Jm_rwG0SdE0KfdimQOzPbqLVqoCbZ_cFKcu7D8iSNe93v69G6IdTUoC7tXjTv5tJzaW2FGE6uCbBwDRY4w/s400/Lionel-Messi1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5722447807737253666" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; cursor: pointer; width: 400px; height: 291px; " /></a><p class="MsoNormal" align="right" style="font-style: normal; text-align: center; "><span lang="CA"><span >El<span class="apple-converted-space"> </span><b>20 de marzo de 2012</b><span class="apple-converted-space"> </span>será recordado como el día en que<span class="apple-converted-space"> </span><b>Leo Messi</b><span class="apple-converted-space"> </span>engrandeció su nombre al convertirse en el<span class="apple-converted-space"> </span><b>máximo goleador de la historia del Barça</b><span class="apple-converted-space"> </span>superando al mítico César gracias a sus<span class="apple-converted-space"> </span><b>234 goles</b>. El día en que se confirmó, quizás más que nunca, que es leyenda vida del fútbol y que sólo en sus manos -o, mejor dicho, en sus pies- está el pasar a ser el mejor futbolista de los tiempos. Si es que ya no lo es...</span><span style="font-family: Arial; font-size: 100%; "><o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: right; "><span lang="CA"><span ><i>*Los vídeos publicados en este blog están extraídos de Youtube</i></span></span></div><div style="font-style: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; text-align: right; "><span><br /></span></div></span><center style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; "></center></div><object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" src="http://3.gvt0.com/vi/QsIrYvdodbM/0.jpg" height="266" width="320" style="font-style: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><div style="text-align: right;"><span><br /></span></div><span><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/QsIrYvdodbM&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash"></embed></span></object><br /><br /><object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" src="http://0.gvt0.com/vi/LYywZFu1MKA/0.jpg" height="266" width="320" style="font-style: normal; font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><br /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/LYywZFu1MKA&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-63472978913804258802012-03-19T13:53:00.009-07:002012-03-20T03:38:52.318-07:00¿Acabará la maldición de Lotina en el Villarreal?<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family:arial;"><span style="font-size:85%;">Por <b>Marc Rodríguez Sedano</b> (<b>@Marcrs90</b>)</span></p><p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-size:100%;"><br /><span><br /><span style="font-family:arial;font-size:100%;"><b>Miguel Ángel Lotina</b> entrenará al Villarreal hasta final de temporada. “Que hablen de mí, aunque sea mal”, debió pensar el técnico vizcaíno, después de la disparidad de opiniones que suscitaron los rumores que han acabado por confirmarse: <b>Lotina</b>, al mando del ‘submarino’.</span></span></p><p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheaDE8qK51aRulktut_pgp2ASbNrAUQb9oLkaOetx4Cpu7QRgjM6tSG8CE1Vm893q3e0ezb8IGTvo1jFIw8fgiwYJlahRbfUXgsl0aESKocyPngCQgprPOIRsrkWz1s-pN3xAXMIs023U/s1600/Miguel-Angel-Lotina-Villarreal-temporada_TINIMA20120319_0173_5.jpg"><span><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 180px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheaDE8qK51aRulktut_pgp2ASbNrAUQb9oLkaOetx4Cpu7QRgjM6tSG8CE1Vm893q3e0ezb8IGTvo1jFIw8fgiwYJlahRbfUXgsl0aESKocyPngCQgprPOIRsrkWz1s-pN3xAXMIs023U/s320/Miguel-Angel-Lotina-Villarreal-temporada_TINIMA20120319_0173_5.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5721715109301812258" border="0" /></span></a></span></p><p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;"><span>Si ponerse a manejar una nave no es sencillo, aún es más costoso coger el timón cuando la situación es crítica y las alarmas empiezan a sonar. El Villareal es ahora mismo decimoséptimo, a sólo tres puntos del descenso, y lo peor es que la moral del equipo va amilanándose jornada tras jornada. Al conjunto amarillo le falta el empuje y las ganas de crear fútbol. Parece que en Castellón hayan olvidado el juego vertical, organizado y directo que venían practicando desde la temporada 2005-2006 –la época dorada del Villareal- con grandes hazañas como alcanzar las semifinales de <st1:personname productid="la Liga" st="on">la Liga</st1:personname> de Campeones. </span>Unos años en que Villareal era sinónimo de peligro. Un peligro que se ha ido difuminando y prueba de ello es la situación actual.</span></p> <p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;">Esta campaña el proyecto de <b>Juan Carlos Garrido</b> se quedó obsoleto y el de su heredero, <b>José Francisco Molina</b>, tampoco ha dado frutos. Es por eso que se decide contratar a <b>Miguel Ángel Lotina</b>, que llega a ‘<st1:personname productid="La Plana" st="on" style="font-weight: normal; ">La Plana</st1:personname>’ con los argumentos de haber ascendido a Numancia y Osasuna a Primera División y <st1:personname productid="la Copa" st="on" style="font-weight: normal; ">la Copa</st1:personname> del Rey que cosechó con el Espanyol en 2006. Con este currículum impoluto, cualquiera se decantaría por el míster vasco, sí. El problema es que hay más de una afición que no acabó del todo satisfecha con él, pues <b>Lotina</b> también descendió a Segunda a Celta, Logroñés, Real Sociedad y al Deportivo de <st1:personname productid="la Coruña" st="on" style="font-weight: normal; ">la Coruña</st1:personname> esta pasada temporada. </span></p> <p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;">Y la realidad del Depor de hace un año se asimila a la del Villareal. Pasado reciente glorioso, retoques económicos, incorporación de nuevos jugadores que no acaban de adaptarse al proyecto y venta de ‘cracks’. Y es por eso precisamente por lo que deben andarse con cuidado los de Castellón. A estas alturas de la temporada pasada, el Depor, con <b>Lotina </b>en el banquillo, era decimocuarto con 31 puntos, cuatro más de los que ahora tiene el Villareal. </span></p> <p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;">No, no creo que <b>Lotina </b>fuera el único responsable del descenso del equipo, pero su falta de ambición y desdeñar la magia de <b>Juan Carlos</b> <b>Valerón</b>, fueron privilegios que el Depor no se pudo permitir. Y no es por criticar los métodos del vasco, pero el tiempo ha acabado dando la razón al fútbol, a <b>Valerón </b>y al artífice de que todo fluya: <b>José Luis Oltra</b>. Distinto entrenador, distinta mentalidad, distintos resultados, pero con la misma plantilla. ¿Casualidad? Gran apuesta deportiva la de <b>Oltra</b> que está haciendo disfrutar a la afición blanquiazul de nuevo. Un Depor que ahora es líder de Segunda en solitario con 63 puntos.</span></p> <p class="MsoNormal" style=" text-align: justify; font-family:arial;font-size:100%;"><span style="font-size:100%;">Pero el fútbol es fútbol y da tantas vueltas que no podemos asegurar absolutamente nada. Lo que está claro es que nunca llueve a gusto de todos. <b>Lotina</b>: alabado por unos, verdugo de otros y ahora, capitán al mando del ‘Submarino’<a name="_GoBack"></a> hasta final de temporada. ¿Saldrán a flote?</span></p>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-46924623594774226072012-03-06T12:16:00.014-08:002012-04-16T10:38:47.650-07:00Nada es imposible cuando luchas.<span><span style=" ;font-size:100%;"><span><b>Sueñas. Crees que es imposible. Pero se hace realidad.<br />Y eres feliz. Irremediablemente feliz.</b></span></span><br /><br /><span style="font-weight: normal; "><i>[Abuelo, Marc. Por vosotros]</i></span></span><div style=" font-weight: normal; line-height: normal; font-style: normal; font-size:100%;"><span style="background-color: rgb(255, 255, 255); "><b><br /></b></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Era miércoles. Un miércoles de marzo. Hacía frío, el invierno aún no había dicho su última palabra, todavía no quería decir 'adiós'. La del 6 de marzo de 2002 era una de esas típicas noches en las que sólo te apetece quedarte en casa al abrigo de una manta.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Sin embargo, no. No era una noche cualquiera. El Bernabéu brillaba como nunca. Lleno hasta la bandera, y con todos los ojos puestos en él, el feudo madridista preparaba una gran fiesta. Su fiesta. La de un equipo, el Madrid, que a lo largo del tiempo se había convertido en uno de los más grandes de la historia y que ese día, precisamente ese día, estaba de cumpleaños. Y no era precisamente un aniversario como los demás. Era especial, irrepetible. </span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>100 años. Un siglo. Los blancos, centenarios al fin.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Y aquella temporada quisieron celebrarlo a lo grande, y por ello, se dejaron la piel por ser uno de los protagonistas de la final de la Copa del Rey. El escenario no podía ser otro. O, mejor dicho, no debía ser otro. Allí, aquella noche, el césped del Bernabéu dio la bienvenida a los suyos y a aquel Deportivo de los Fran, Djalminha, Mauro Silva, Capdevila, Valerón, Tristán y compañía que durante los primeros compases del siglo XXI enamoró a propios y extraños con la magia de su fútbol. </span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>En las horas previas al partido, a la gran cita del fútbol español, nadie era capaz de imaginar que una vez agotados los noventa minutos, toda una ciudad -A Coruña- y millones de rincones más repartidos en otros lugares, conocerían una cara más de la felicidad. Esa felicidad que sientes cuando algo que creías imposible, algo con lo que quizás sólo podías soñar, se vuelve posible. Más aún, cuando lo imposible se vuelve realidad. </span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Cuando Mejuto González señaló que el crono en la final ya marchaba hacia atrás, que se consumía el tiempo a la vez que avanzaba, cualquiera hubiera puesto la mano en el fuego por que el Madrid de los galácticos tendría su final feliz en una historia que aquella noche se cerraba. 'La sensación que teníamos de que parecía que ellos ya habían ganado antes de jugar nos hizo más fuertes, pero en sus futbolistas no percibí esa confianza', aseguró años después Scaloni, uno de los integrantes del barco comandado por Irureta.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>No importa qué pasó sobre el terreno de juego. Más o menos, nos sabemos el cuento. Quién marcó, y quién fallo. Quién ganó, y quién perdió. Sólo que el Depor dio un golpe sobre la mesa. Fuerte, seco, cuyo eco repetía una y otra vez 'aquí estoy yo, aquí estoy yo...'. El conjunto herculino había sido el invitado inesperado en una fiesta que se antojaba blanca y que se tornó blanquiazul. El culpable de que 'La Rianxeira' silenciara la grada blanca, haciendo imposible que cualquier voz que no fuera proyectada desde la garganta de un aficionado de los coruñeses fuera escuchada, de que las lágrimas de muchos fueran las lágrimas de todos. Y ya se sabe que cuando uno llora de felicidad es porque algo grande le ha pasado.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>El 'Centenariazo' lo fue. No sólo supuso un duro revés para un Madrid que se creyó antes de tiempo que era dueño y señor de aquella Copa que finalmente levantó Fran, sino también el clímax para un Deportivo que en los años previos a aquella final del Bernabéu había pasado de ser un equipo pequeño a tocar el cielo.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Aún pone los pelos de punta recordar aquella noche. Aún muchos corazones -sobre todo los deportivistas- vibran con la misma intensidad de antaño. Una década después, el recuerdo sigue más vivo que nunca.</span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /></span></div><div style="font-size: 100%; font-weight: normal; text-align: justify; line-height: normal; font-style: normal; "><span>Con la esperanza de que el final feliz que tuvo el Depor aquel 6 de marzo de 2002,</span></div><div style="font-weight: normal; line-height: normal; font-style: normal; "><span><i><span>[Abuelo, Marc. Volverán]</span></i> </span></div><div style="font-weight: normal; font-size: 100%; line-height: normal; font-style: normal; "><span><br /><b><span><br />Si no haces nada, nada pasa</span></b></span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-15916277861096409362012-01-26T02:57:00.001-08:002012-03-20T03:40:53.926-07:00Soñando con el cielo.<div style="text-align: justify;">Hay sueños de todo tipo. Están los buenos que nos hacen las noches más dulces, los felices que nos arrancan una sonrisa aún con los ojos cerrados, los tristes que nos obligan a llorar, las pesadillas que nos atormentan y nos recuerdan nuestros miedos más profundos y a veces escondidos en un rincón, los imposibles que en ocasiones frenan nuestros corazones, los surrealistas más típicos de una película que de la vida real... Hay donde elegir. Pero también hay los que están al alcance de aquel que se acuesta cada noche con la esperanza de que al despertar las cosas vayan como siempre ha soñado. Los que a priori parecen tan irrealizables que incluso a veces nos hacen desistir, pero que un día inesperado -un día cualquiera, qué más da- abandonan el mundo de Morfeo y se hacen realidad. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y es precisamente este último sueño el que está viviendo el Mirandés, un equipo que semana tras semana convive con la categoría de bronce del fútbol español, la Segunda B, y que seguramente nunca imaginó que un mes de enero escribiría una página en la historia del deporte rey de este país; que es probable que ni en el mejor de sus sueños -el de sus jugadores, el de su entrenador, el de sus aficionados- nunca antes hubiera tenido la oportunidad de ver cómo el pasado martes su campo, Anduva, se convertía en el centro del mundo del fútbol, con todos los ojos puestos sobre un conjunto que se ha convertido en la Cenicienta de la Copa del Rey más incansable en su empeño por tener un final feliz. Como en los cuentos, como en los sueños que tanto nos gusta tener a veces.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Quizás el nombre del Mirandés no estaba en las quinielas de los equipos que más lejos llegarían en el torneo copero, pero poco a poco, los hombres de Carlos Pouso se adueñaron de la etiqueta de 'matagigantes'. Villarreal, Racing y Espanyol han sido sus víctimas hasta ahora, cayendo en las garras de un equipo que tras comprobar que nada es imposible, tiene más hambre que nunca por plantarse en la final del Bernabéu en el mes de mayo. Se han enfrentado a todo: a eliminatorias que se pusieron muy difíciles, como contra los de Mauricio Pochettino que en cinco minutos para recordar lograron dar la vuelta al marcador en Cornellà-El Prat, dando un paso muy importante para clasificarse para las semifinales que después se tornó inútil en casa del Mirandés; a cargar con el peso de ser el equipo más pequeño y con menos presupuesto de los que quedan vivos en la Copa. A todo. Pero incluso con el viento en su contra, ahí está el Mirandés, haciendo grande el fútbol y recordándonos que no todo gira entorno a los de siempre. Que hay más vida más allá de Barça y Madrid. Que las grandes historias de este deporte no siempre son sobre las que más se habla. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero si algo agranda más todavía el camino que el Mirandés ha logrado construir en esta Copa del Rey es que es un equipo formado por chicos 'normales', de la calle. Lejos quedan los focos de las cámaras y las disputas publicitarias por los derechos de un jugador. Son personas que disfrutan de su pasión -el fútbol-, pero sin olvidar en ningún momento que eso no es suficiente para que ellos y sus familias 'sobrevivan' día a día. Sólo hace falta ver a Pablo Infante, un gran jugador que está demostrando que podría jugar en Primera sin ningún tipo de problema, renunciando a la celebración por el pase a semifinales porque sabe que para él al día siguiente no hay fiesta, sino que un despertador le hará levantarse de la cama muy pronto para ir a trabajar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y, sin embargo, lo que menos quieren ahora en el seno del Mirandés es que precisamente un despertador rompa su sueño. Son conscientes de que la final está cerca, pero también saben que con sólo la ilusión no bastará para dejar en el camino a un Athletic abonado a este torneo y cuyo campo, San Mamés, es un fortín. Pero si algo ha dejado claro el equipo que tiene enamorado a media España, es que se dejarán la piel si hace falta sobre el terreno de juego para seguir haciendo historia. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No es fácil, y a día de hoy el cielo y...un cielo un tanto más pequeño -imposible que haya infierno para los de Pouso aunque caigan ante los de Bielsa- están igual de cerca. El Mirandés no quiere despertar. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Quiere seguir soñando.</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-92181316322486203892012-01-09T12:45:00.001-08:002012-03-20T03:42:22.990-07:00Leo nunca fue pequeño.<div style="text-align: justify;"><b>A veces necesitamos mirarnos en el espejo para darnos cuenta de quiénes somos. Para saber dónde estamos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar. Sin embargo, algo tan sencillo como eso, como plantarse frente a un cristal que nos devuelve nuestro propio reflejo, no siempre debe ser fácil.</b></div><span><div style="text-align: justify;font-weight: bold; "><br /></div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; ">Y al decir esto pienso en él. En un chico de 24 años que un día cualquiera, qué más da, se encontró con que tenía el mundo a sus pies. Es probable que nunca imaginara que su ilusión por acariciar un sueño, que jamás le abandonó desde que un balón de fútbol se posó por vez primera en sus pies, le 'condenaría' a llevar con él, a donde quisiera que fuera, la etiqueta de 'el número uno del mundo'. Pienso en él, en un chico que hace apenas unas horas ha recibido en Zúrich su tercer Balón de Oro consecutivo. Y lo ha hecho con su inseparable sonrisa tímida. </div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; "><br /></div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; ">Una sonrisa que recuerda a la de un niño. Porque Leo Messi sigue siendo eso, aquel pequeño que un día, ya desde las calles de su Rosario natal, juró su amor incondicional por el fútbol, llegando incluso a provocar que el propio mundo del deporte rey se enamorara poco después de él y de su magia.</div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; "><br /></div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; ">El '10'. Tuve la suerte de conocerlo hace siete años, un 26 de noviembre en el que me desperté sin saber que pocas horas después me tropezaría, casi sin querer, por casualidad, con un por aquel entonces casi desconocido Leo Messi. Sin saber que el autógrafo que aquel día me llevé a casa -para mí fue un regalo de cumpleaños (al día siguiente cumplía quince), aunque con el tiempo aprendí que aquello era un pequeño tesoro que ganó con el tiempo un valor del que yo no fui consciente aquella mañana de otoño- llevaba la firma de alguien que iba a estar en boca de todos en los años que vinieron después. Sin saber que iba a ser el protagonista único e indiscutible de miles de portadas de diarios alrededor del mundo. Sin saber que todos los niños querrían ser como él. Sin saber que nadie, absolutamente nadie, se cansaría de verle jugar. </div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; "><br /></div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; ">Sin saber que el chico de 17 años que ocupaba el lugar de copiloto de un coche rojo conducido por un tal Jorge que resultó ser su padre, iba a dejar a millones de personas boquiabiertas cada vez que disfrutaran de él, de sus asistencias y de sus goles sobre el césped de decenas de estadios de fútbol. </div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; "><br /></div><div style="text-align: justify;font-weight: bold; ">Sin saber que aquel al que acababa de abrazar instantes antes sería un firme (y digno) candidato a ser el mejor jugador de la historia del fútbol. </div><div style="font-weight: bold; "><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh0x57SGYCM_I85_46bDVep8lI-iGMuYBntwcRFn1tbzzVNU8DlUHJ_PjzoMZ5fAOy_5nm-LKDpTX1cMDTykaqUxrYQQ_v40-4E-rqG0QisLosRuVtG3pP5pb8LY_nGmwPp3D_ZKHRxbo/s1600/messiabu.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 275px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh0x57SGYCM_I85_46bDVep8lI-iGMuYBntwcRFn1tbzzVNU8DlUHJ_PjzoMZ5fAOy_5nm-LKDpTX1cMDTykaqUxrYQQ_v40-4E-rqG0QisLosRuVtG3pP5pb8LY_nGmwPp3D_ZKHRxbo/s400/messiabu.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5695752530210278978" border="0" /></a><br /><br /><br /></div><div style="text-align: justify;">Messi nunca se olvida del cielo. Cuando marca un gol, repite el mismo gesto de siempre. El de siempre. Sonríe, baja la cabeza y tras unos segundos, mira hacia arriba, señalando con sus dedos quién sabe el qué. Como si buscase a alguien. Pero el destino de ese mensaje es un secreto a voces: lo hace para recordar a su abuela Celia, que se fue cuando él tenía apenas diez años. Era precisamente ella quien lo llevaba cogido de la mano a los entrenamientos cuando Leo daba sus primeros pasos en el mundo del fútbol. Quien insistía en que su nieto pequeño jugara aunque los demás fueran mayores que él. "Tocarla a Lionel, tocarla al chiquitín, él sí que mete goles", repetía Celia una y otra vez. Día tras día.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Su muerte fue un duro golpe para el de Rosario, y aún a día de hoy sigue siendo su recuerdo más triste. Quizás por eso está tan unido a los suyos. De hecho, era casualmente en casa de su abuela donde cada domingo, al juntarse toda la familia, Leo se divertía junto a sus hermanos y sus primos con el sueño que ha perseguido desde que muy pequeño: el fútbol. Quizás todo empezó en su cuarto cumpleaños, cuando al '10' azulgrana le regalaron su primer balón, uno de rombos rojos que pareció despertar su pasión. La misma con la que ahora cose el esférico a sus botas, siendo capaz incluso de hacer un fútbol a priori sencillo pero que roza lo inigualable. Quizás por esa razón, su primer entrenador, el señor Aparicio, quiso poner a prueba al pequeño de los Messi aunque éste fuera un año menor que sus compañeros de equipo. Años después, Aparicio reconocería que nunca había visto algo así. Algo como él.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">"Leo nació sabiendo".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">'La Pulguita' caminó hacia su sueño, gracias en parte al sacrificio de sus padres, que también supieron buscar una solución a la enfermedad que sufría Messi y que le impedía crecer con normalidad, y acabó por dejar atrás Rosario, el lugar donde había nacido. El lugar en el que aprendió a ser la persona que conocemos hoy. La humildad sigue siendo su principal seña de identidad, y ni llegar a lo más alto del fútbol ha hecho que sus pies se eleven lo más mínimo del suelo que pisa. Sigue siendo el niño tímido y callado con el que todos sus compañeros del colegio querían jugar. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Con 13 años, o sabía qué le depararía el futuro, y a pesar de arrastrar consigo una cierta sensación de incertidumbre pero sin miedo, Leo emprendió un viaje sin retorno a Barcelona. Cesc Fàbregas, con el que comparte vestuario en el Barça y con el que se crió futbolísticamente, fue testigo directo de los inicios del crack argentino: "Al principio, cuando llegó, creíamos que era mudo, pero después, gracias a la PlayStation, descubrimos que sabía hablar". Porque sí, Leo habla, pero a diferencia de otros, lo hace cada vez que juega al fútbol. Y nadie lo hace como él. Siempre al margen de escándalos y tanganas. Tampoco muy dado a las ruedas de prensa ni a regalar grandes titulares que se salgan del espectáculo que semana tras semana brinda a los aficionados del fútbol. Sólo hace falta echar la vista atrás y fijarse en el día en que el Barça celebró la cuarta Champions de su historia en el Camp Nou. "No tengo nada qué decir", dijo Messi. Él no tenía nada que decir. Precisamente él, culpable en parte de que aquella copa fuera el centro de atención de todas las miradas en el feudo azulgrana. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero ése es Leo. Único. Diferente. Especial. </div><div style="text-align: justify;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg9u6Q-1AC54TabnxBoyjvzME2DtQuL3LCXFt1HGRDYAcwK8bQyjw3ZqcLvIx_X0LOKLyz0KasLbDqNMBPuhHpwmcxd0qSI_Bk8vYQ4jB0pqYDTWA5icKCJtmLn7swm-BuKhmIv8tWPLg/s1600/messi+besando+el+escudo.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 247px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg9u6Q-1AC54TabnxBoyjvzME2DtQuL3LCXFt1HGRDYAcwK8bQyjw3ZqcLvIx_X0LOKLyz0KasLbDqNMBPuhHpwmcxd0qSI_Bk8vYQ4jB0pqYDTWA5icKCJtmLn7swm-BuKhmIv8tWPLg/s320/messi+besando+el+escudo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5695753430024771858" border="0" /></a></div><div style="text-align: justify;">De ello también se percató Carles Rexach, secretario técnico del Barça en el momento en que Messi aterrizó en Barcelona por primera vez. Su primer contrato fue firmado en una simple servilleta de bar. No importaba dónde ni cómo firmar. Rexach sabía que no podía dejar escapar al argentino. "Tenemos que ficharlo ya", dijo entonces. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y siendo quien es, cualquier podría pensar que las cosas son fáciles. Pero no. No todo en la vida de Messi son victorias y momentos dulces. Su mayor espina es también uno de sus grandes amores. Su tierra. Esa por la que lloró cuando la abandonó con trece años, y por la que también derramó lágrimas el día en que debutó con la albiceleste. Tan importante era ese partido para él que cuando fue expulsado en el minuto uno en su primer partido con la camiseta de Argentina, nadie pudo consolarlo, prueba inequívoca de su propia autoexigencia que le obliga a querer jugar siempre. También en la final de París lloró. En 2006, ante el Arsenal, Messi no pudo participar por culpa de una lesión, y ese día, en medio de la euforia azulgrana tras la conquista de una Champions muy deseada por el Barça, para Leo no hubo celebraciones, ni tiempo tan siquiera para ir a buscar su medalla. Prefirió quedarse en el vestuario.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No siempre el viento es favorable, y eso bien lo sabe su entrenador, Pep Guardiola, quién regaló a 'La Pulga' el libro "Saber perder", que esconde un mensaje claro: hay que estar preparado y luchar por lo que se quiere siempre, a sabiendas de que no siempre el resultado estará de nuestro lado. Pero eso lo aprendió muy bien Leo Messi gracias a su abuela, quizás la gran culpable de que el '10' del Barça esté hoy donde está. Quizás es ella quién todavía le cuida desde el cielo. La que protege a su pequeño.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un pequeño muy grande.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><br /></div><div><br /><span style="font-weight:bold;"></span></div><div><b>tuyo/mío. nuestro.</b></div></span>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-3464614443387424892011-12-11T03:09:00.002-08:002012-03-20T03:50:05.700-07:00El miedo y el fútbol no son buenos amigos.<div style="text-align: justify;">El miedo es inútil. Una trampa en la que es demasiado fácil caer. Un fantasma incómodo que torna lo posible en imposible. El peor de nuestros enemigos. Lo es en la vida... y en el fútbol. También ahí es difícil escapar a él. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el Bernabéu, el Madrid fue una víctima más de ello, y comprobó que jugar con miedo es sinónimo de condena prácticamente inequívoca. Era el escenario perfecto, la situación idónea, el adversario anhelado ante el que dar un golpe sobre la mesa y demostrar entonces que el Barça puede ser destronado y que los de Mourinho son capaces de arrancarle la etiqueta de número uno a su eterno rival. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y sin embargo... No. El Madrid no aprende. No sabe ganarle al Barça. Poco importa que hasta ahora hayas sido una máquina casi indestructible, que dejes en cada estadio que pisas un saco de goles o que se note que has dado un paso al frente con respecto a años anteriores. Qué más da. Ante los de Guardiola, los blancos volvieron a mostraron su peor cara. La más frágil. La misma historia de siempre. Y es que una vez más, el error del Madrid fue creer que tenía ganado el partido ya antes de que los noventa minutos echaran a andar. Eso, e ignorar dos lecciones que cualquier equipo debería no olvidar: nunca des por muerto a tu rival y no salgas a por el empate si no quieres hacer crecer las posibilidades de perder. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El Madrid lo hizo y volvió a ser un equipo pequeño ante el Barça. ¿Por qué? Por el miedo. Porque si no, no se entiende que un equipo al que le regalan un gol a los veintidós segundos de partido se encierre atrás y no se eche encima del rival para acabar de matarlo. O que cuando el contrario empata parezca que a tu equipo se le ha olvidado cómo se juega el fútbol y que vuelva a ser vulnerable. Y todo ello sin que los once que tienes delante jueguen su mejor partido, una circunstancia que aún te deja más en evidencia. Es difícil de creer, pero innegable que el gran problema del Madrid sigue siendo el Barça.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un Barça que no hizo un partido perfecto, ni mucho menos. La defensa parecía estar en otro lugar. En cualquier otro, menos en el Bernabéu. Sólo Puyol dio la seguridad que se necesita en una cita del calibre de la de ayer. Durante los primeros quince minutos (quizás un poco más), el Madrid ahogó a los azulgrana, que perdieron demasiados balones, como hacía tiempo que no sucedía. Y ya se sabe que tantas interrupciones en el juego no son el mejor aliado de los de Guardiola. </div><div style="text-align: justify;"><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5OnVM42J42im-xLqFcwwXncXi5bonHgsyqcw1gCd2fIBHvXLvOx6ozzBhnHrbM54c9vvUUncyqLMyEVZo_gBfi2tCTK0q-ww9SKOBtzelH4MrPfv3Tu78WiEQArcynvaf260WvGLKN-g/s1600/381964_2774076360544_1517123088_32928456_1537036241_n.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5OnVM42J42im-xLqFcwwXncXi5bonHgsyqcw1gCd2fIBHvXLvOx6ozzBhnHrbM54c9vvUUncyqLMyEVZo_gBfi2tCTK0q-ww9SKOBtzelH4MrPfv3Tu78WiEQArcynvaf260WvGLKN-g/s320/381964_2774076360544_1517123088_32928456_1537036241_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5684847006888386562" border="0" /></a></div><div style="text-align: justify;">Pero entonces, apareció él. Es vergonzoso que todavía haya personas que duden de quién es el mejor del mundo. Me parece increíble que aún muchos se pregunten si hemos visto o veremos a alguien como Leo Messi. 'El pequeño más grande'. Nunca unas palabras hicieron tanta justicia. Lo del argentino con el fútbol es algo indescriptible y difícil de imitar. Irrepetible. No marcó en el Bernabéu, pero de sus botas nació el primer gol. No hizo un partido de 10, pero si perdía un balón, no paraba hasta volver a recuperarlo, aunque tuviera que recorrerse todo el campo para hacerlo. Cuando el Madrid dejó huecos a Messi, el Barça respiró. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y después Iniesta. Tal para cual. La media hora que se marcó el manchego antes de ser sustituido es digna de enmarcar. Fueron los mejores minutos del Barça, y los peores de los de Mourinho, que para entonces ya habían tirado la toalla, y a los que la desesperación y la resignación ya empezaba a apremiar. Iker Casillas, sin el que el Madrid no sería tan Madrid, era el reflejo de lo que sucedía: su equipo había devuelto las alas a un Barça al que si se le deja volar, vuela. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al Bernabéu sólo le faltó aplaudir. Sin embargo, calló y se limitó a ser testigo de cómo el Barça bajaba un poco de la nube al equipo blanco, que creyó que los títulos se ganaban en diciembre. Los de Guardiola volvieron a ser un vendaval que arrasó con todo a su paso. Los pesos pesados del Madrid no fueron suficientes. Ni Mourinho -del que quiero reconocer para bien que ayer tuviera ciertos gestos que lo alejan del perfecto papel de malo malísimo que interpreta un día sí y otro también- con su once titular y sus cambios, ni Cristiano Ronaldo -dejémonos ya de absurdos debates Messi-CR9, el portugués en los partidos grandes desaparece y se vuelve irreconocible- pudieron hacer nada por frenar a un Barça imparable. Nadie.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El fútbol volvió a poner a cada uno en su lugar.</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-74069696026861646162011-11-03T13:27:00.002-07:002012-03-20T03:49:40.160-07:00Y el 'Submarino' se hundió.<div style="text-align: justify;">No. No me cabe en la cabeza que esté escribiendo sobre el Villarreal. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No, no, no. Me equivoco. Lo que en realidad llevo mal y me cuesta aceptar es el hecho de que lo que voy a escribir gire entorno a la peor cara de un equipo que hasta ayer, como diría aquel, se codeaba con los grandes y se atrevía a tratarlos de tú a tú. Me parece casi imposible que vaya a hablar de la sombra de un 'Submarino' que hasta hace muy poco mantenía el rumbo hacia lo más alto. Durante los últimos años, era raro no ver el nombre del Villarreal entre los cuatro primeros; también no encontrarlo en esas noches de remontadas épicas, de luchas interminables... la magia de la Champions. Pasaba el tiempo, y los castellonenses parecían estar dispuestos a superarse día a día, a seguir escribiendo capítulos inolvidables en su historia. </div><div style="text-align: justify;"><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR24t08sh78M9OdRqdKSP4p5nah2V2i1pT0bCbkUqjYYErX3JOJOVjVFuRW4_nQgzHENBgiUy2W3K4124_1TaH3ndbVVJMGSNv5tkRH_MzhK1pK2XMflb5H-GoXkURucSo51DXUGBKfFA/s1600/bal.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 190px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR24t08sh78M9OdRqdKSP4p5nah2V2i1pT0bCbkUqjYYErX3JOJOVjVFuRW4_nQgzHENBgiUy2W3K4124_1TaH3ndbVVJMGSNv5tkRH_MzhK1pK2XMflb5H-GoXkURucSo51DXUGBKfFA/s320/bal.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5670885676586787218" border="0" /></a><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero la felicidad es frágil, y nunca se sabe cuando puede llegar a romperse. Y los de Juan Carlos Garrido se han encontrado con la faceta más amarga de la vida. Esa vida que sucede como si de una noria se tratara: lo mejor siempre está arriba. Pero el Villarreal ha caído hasta el suelo, y sufre. Tanto, que ayer tuvo que hacer frente al duro trago de decir 'adiós' a la Champions al ser incapaz de resistir ese ciclón llamado Manchester City. Nada. Imposible. Se presentaba como una utopía...y lo fue. El Madrigal fue testigo de un Villarreal triste y apagado, que parecía ser consciente ya de que su final no iba a ser precisamente feliz. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Aunque perder ante The Citizens no es más que el reflejo de lo que está siendo el Villarreal esta temporada: un fantasma de lo que fue. No queda nada de ese equipo al que sus rivales temían. ¿Y quién es el culpable? No creo que haya una respuesta clara entorno a ello. Quizás lo que ocurre es que el Villarreal echa demasiado de menos al que hasta ahora había sido su motor. La pieza clave del puzzle. Por sus botas pasaba todo el fútbol del Villarreal. </div><div style="text-align: justify;"><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX4EOENrzUNiIjPFFGvZXnyx4MnvSzFFGQ86wIvgukqgG9HPjSHAnonbcfOtNvNnMSBWWW4vgZF6dE8dPjCsv7Ou_rOoAN0bMEX4QsZXF1mb6E22gUgROCyTQjUv2IlHJ4aQ-vV_ZckZY/s1600/bla.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 234px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX4EOENrzUNiIjPFFGvZXnyx4MnvSzFFGQ86wIvgukqgG9HPjSHAnonbcfOtNvNnMSBWWW4vgZF6dE8dPjCsv7Ou_rOoAN0bMEX4QsZXF1mb6E22gUgROCyTQjUv2IlHJ4aQ-vV_ZckZY/s320/bla.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5670885435336948738" border="0" /></a></div><div style="text-align: justify;">Santiago Cazorla. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Su marcha al Málaga ha hecho mucho daño a los castellonenses. Mucho. Falta algo, alguien. Él. Y sin Cazorla, las cosas no funcionan. Y es entonces cuando vienen los tropiezos y los malos tiempos; la tormenta. Absurdo intentar evitar no tambalearse. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tampoco ayuda que Joan Capdevila ya no esté (siempre he creído que en todos los vestuarios tendría que haber un jugador como él), o la circunstancia de que parece que alguien le ha echado un mal de ojo al Villarreal. Sólo le faltaba a Garrido tener que soportar el via crucis de las lesiones. Cani, Zapata, Nilmar...Giuseppe Rossi. Diagnóstico: rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha. Resultado: seis meses lejos de los terrenos de juego. Cuando algo va mal, siempre puede ir a peor. El italiano se convirtió en la estrella indiscutible del Villarreal la temporada pasada, y sus goles permitieron que el equipo se colara de nuevo entre los grandes. Y aunque este curso tampoco había empezado bien para él, era una garantía tenerlo sobre el césped. Pero hasta en este aspecto, la suerte fue esquiva con el Villarreal. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Y ahora qué? Ahora...nada. El 'Submarino' se muestra débil y susceptible, no se sabe si tocará fondo o si conseguirá coger aire. Pero las cosas no pintan bien, sobre todo teniendo en cuenta que las dudas empiezan a sobrevolar la cabeza del capitán del buque-Juan Carlos Garrido- y que el casco puede resquebrajarse en cualquier momento. No hay que engañarse. Ya se sabe lo que mal empieza... quizás mejor no acabar la frase. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Quizás dentro de un tiempo, cuando las cosas se hayan calmado, escriba de nuevo sobre el Villarreal, con la esperanza de que mis próximas palabras sobre el equipo castellonense tengan otro matiz. Más alegre. Más optimista. En definitiva, mejor.</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-61896374516409396372011-10-24T13:50:00.002-07:002012-03-20T03:49:28.350-07:00Levante, un invitado sorpresa en una Liga de dos<div style="text-align: justify;">El fútbol es tan grande que a veces nos convierte en testigos de cosas que a priori podrían parecer prácticamente imposibles. Y si no, tan sólo hace falta echar un vistazo al lugar más alto de la clasificación de la liga española para comprobarlo. Y no, el hecho de que los nombres de Real Madrid o Barça no aparezcan en primera posición no es ningún error; tampoco fruto de la casualidad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Dicha circunstancia es, única y exclusivamente, mérito de un Levante que se ha erguido como el equipo revelación de la presente temporada. ¿O acaso alguien imaginaba que los granotas serían líderes a estas alturas? Yo, al menos, no.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De hecho, y sucede una y otra vez cuando el curso futbolísticamente hablando da sus primeros pasos, tengo la manía de hacer mis 'quinielas' de lo que sucederá: quién será el campeón, quién podrá colgarse la etiqueta de 'equipo Champions', quién tendrá un hueco en la Europa League... Pero, sin duda, la que más juego da es la del descenso, porque suele ser la lucha más temida, más reñida y, quizás, la más capaz de todas de abrazar el factor sorpresa. Y mis candidatos este año para caer en el pozo de Segunda eran Granada, Zaragoza...y Levante. Mantengo mi apuesta por los andaluces, su fútbol hasta ahora no ofrecen motivos más que suficientes para creer que pueden salvarse. Y el mismo guión lo traslado a los pupilos de Javier Aguirre, que ya llevan algunos años jugando con fuego y que si continúan mostrándose tan débiles y no da signos de reacción pronto pueden acabar pagando los platos rotos al final.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, con el Levante me equivoqué. Lo reconozco. Nunca he sentido una especial simpatía hacia el equipo levantino -no tengo nada en su contra, pero tampoco me atrae-, pero ahora no me queda otra que tragarme mis propias palabras, quitarme el sombrero y aplaudir. Chapeau.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Seis victorias, dos empates y ninguna derrota son los resultados que han llevado a los de Juan Ignacio Martínez a lo alto de la tabla, sin olvidar que se ha convertido en un 'matagigantes' (Madrid o Villarreal, por ejemplo, y entre otros, han sido sus víctimas hasta el momento), a ser líderes indiscutibles de esta Liga que se antojaba -todo parecía indicar que sería así, y, es muy probable que acabe siéndolo- bipolar. Pero el equipo granota es el intruso en una guerra de dos, y ve a azulgranas y madridistas por el retrovisor. Un Levante que con el presupuesto más bajo de la categoría de oro del fútbol español está llevando a cabo una verdadera revolución, y que colecciona elogios desde todos los rincones. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los veinte puntos que llevan cosechados y que sea el equipo menos goleado de toda la categoría hablan mucho de este Levante que, por sorpresa, y contra todo pronóstico, se ha convertido por ahora, en el árbitro inesperado de esta Liga de dos.</div><div><br /></div><div><br /></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-31908621432758462892011-10-04T03:13:00.002-07:002012-03-20T03:49:07.218-07:00La vergüenza de lo inhumano.<div style="text-align: justify;">El fútbol, como todo en esta vida, es capaz de reflejar lo mejor y lo peor; lo bueno y lo malo. Pero lo sucedido el pasado domingo en el Vicente Calderón supera cualquier límite que pueda haber entre ambos polos opuestos. Lo que ocurrió durante el transcurso del Atlético de Madrid-Sevilla puede resumirse en apenas dos palabras: inhumano e imperdonable.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A lo largo de la historia hemos visto la peor cara del fútbol plasmada, no pocas, sino muchas veces. Desde los "Messi muérete", a los "Ese portugués, hijo puta es", pasando por las cabezas de cerdo sobre el terreno de juego y los insultos racistas que han sufrido, entre otros, jugadores como Marcelo o Eto'o, sin olvidar tampoco el tan poco acertado 'Mr.Hígado' con el que un periodista -quiero pensar que lo hizo inconscientemente y sin maldad- nombró a alguien como Eric Abidal que hace nada consiguió ganar una batalla contra el cáncer que, por desgracia, muchos no son capaces de lograr. Y no, no somos ajenos a que, tristemente y cada vez más, el respeto en los campos de fútbol brilla precisamente por su ausencia. O hemos perdido la cabeza o esto se pudre por momentos. ¿Hemos olvidado ser personas o qué? Porque parece que ahora la regla dominante sea 'jode, y cuanto más, mejor'. De acuerdo, que el rival es precisamente eso, un enemigo, pero hay maneras de hacer las cosas que no tienen por qué tener como finalidad última la de hacer daño o herir al contrario. Y mucho menos, cuando un determinado gesto o unas desafortunadas palabras juegan con algo tan frágil como la vida de una persona. O, peor aún, con alguien que ya no está.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero una parte de la afición del Calderón se saltó la barrera de lo humano. No sé si fueron cien, doscientas o quinientas personas. Quizás más de mil. No importa el número. Sólo sé que los gritos de 'ea, ea, ea, Puerta se marea' -en referencia a la muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta, que falleció en agosto de 2007 tras sufrir una parada cardiorespiratoria sobre el césped del Sánchez Pizjuán en un partido frente al Getafe- dan ganas de vomitar. No sólo rechazo, sino asco. Porque no se entiende que unos descerebrados, si es que se les puede llegar a definir, sean capaces de reírse de la muerte de una persona. Por muy del rival que sea. ¿A dónde hemos llegado a parar? Si fuera en nuestra contra, ¿nos gustaría? ¿Cómo debió sentirse la familia de Puerta? ¿Y sus compañeros? ¿Y los sevillistas? </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La vergüenza de los aficionados rojiblancos hace daño, y mucho, al fútbol. De nada sirven las disculpas de Enrique Cerezo, presidente del equipo de El Manzanares. Que no, señor Cerezo, que no. Que su obligación el domingo era la de echar a esos impresentables del estadio, y no quedarse sentado en su asiento con las manos cruzadas, permitiendo que un gran partido como el que enfrentaba a Atlético y Sevilla tuviera que tener de banda sonora una canción tan indecente y tan triste como ésa. Que sí, que son unos pocos, pero es que ni pocos ni muchos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><span style="font-weight:bold;"><div style="text-align: justify;">¡Ya basta!</div></span>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-31618370873035185292011-06-22T11:42:00.001-07:002012-03-20T04:02:30.636-07:00Volverán. De la magia del 'Súper Depor' a las lágrimas por el descenso.<div align="justify"><em>[Estas palabras son el producto de uno de esos momentos en que empiezas a revisar el infinito número de recuerdos que es capaz de guardar nuestra cabeza. Momentos que, por una razón u otra, han significado algo en tu vida. O simplemente, porque son especiales. ¿El protagonista? El Deportivo de la Coruña. ¿El por qué? Porque Galicia es una parte importante de mí y también lo es el fútbol. Y porque a veces, cuando se atraviesan épocas tristes o difíciles, como en el caso del equipo gallego, es bueno volver al pasado y comprobar que los momentos felices existen y que pueden volver. Por todo ello, estas palabras. Mi particular regalo para dos personas a las que quiero. Para ti, Marc. Pero sobre todo para ti, abuelo]</em><br /><br />Hay instantes que no se olvidan nunca. Imágenes y sonidos imborrables, de aquellos que el tiempo no puede alterar por muchos años que pasen. Y el fútbol, a veces, en una de esas noches mágicas que quedan grabadas para siempre, también nos ha dejado momentos como esos. Eternos.<br /><br />Siete de abril de 2004. Para muchos, ese día puede no tener significado alguno; otros, en cambio, jamás se cansarán de recordarlo. Y es que aquel día, Riazor se convirtió en el centro del mundo del fútbol, con Deportivo y Milan como actores protagonistas de uno de los capítulos más recordados de la historia más reciente de la Liga de Campeones. El guión, un partido de vuelta de los cuartos de final de la máxima competición europea, había empezado mal para los gallegos en la ida, disputada en San Siro. En Italia, los de Javier Irureta habían sucumbido ante los de Ancelotti, recibiendo una dolorosa derrota (4-1) que dejó más que heridos a los blanquiazules, que apenas guardaron un rincón para la esperanza. Parecía que los rossoneri llegaban a A Coruña a dar un simple paseo…<br /><br />Pero “parecía” no significa que fuera así. Y la magia del fútbol volvió a jugar con el destino. Aquel miércoles, los dioses quisieron ponerse del lado de los deportivistas, como si la Torre de Hércules que custodia la ciudad gallega hubiera dejado salir todos sus fantasmas escondidos y estos hubieran decidido deambular por el estadio de Riazor en una noche que se antojaba un mero trámite previo a la triste despedida de la Champions de un Deportivo que había conseguido colarse entre los mejores de Europa. Y ya se sabe que las cosas no siempre salen como uno espera que salgan.<br /><br />Todo parecía imposible, pero Pandiani, Valerón, Luque y Fran decidieron que aquella noche tuviera un final feliz y acabaron convirtiéndose en los verdugos del Milan de los Pirlo, Kaká y compañía. El todopoderoso conjunto italiano caía eliminado de la Liga de Campeones a manos de un equipo que antes de que el árbitro señalara el inicio de los noventa minutos estaba prácticamente muerto. “Un partido perfecto y una noche gloriosa”, repetía una y otra vez Irureta al término del partido. ¡Cómo olvidar aquel once! Molina, Manuel Pablo, Andrade, Naybet, Romero, Sergio, Mauro Silva, Víctor, Valerón, Luque y Pandiani. Once héroes que pasaron a la historia y que dibujaron los sueños de todos los seguidores blanquiazules.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTHcBxMKevM5aZctXLqNsee2SAR5Dwc7etYzCYXN7BtPZcLCdraOV8d_CKBiNg8wZllD74loCRDMguUru08skrVyZkyoXeyavqxvxi-yHiAVxrN34SPGEs_7ni8FZrF4kQp-ZixHIZLiw/s1600/depor-4-milan-0.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTHcBxMKevM5aZctXLqNsee2SAR5Dwc7etYzCYXN7BtPZcLCdraOV8d_CKBiNg8wZllD74loCRDMguUru08skrVyZkyoXeyavqxvxi-yHiAVxrN34SPGEs_7ni8FZrF4kQp-ZixHIZLiw/s320/depor-4-milan-0.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5621116858427489730" border="0" /></a><br /><br />Recuerdo estar en mi habitación sin poder quitar los ojos de la pantalla de la televisión y con la radio puesta, como si no quisiera perderme aquel momento. Como si aquel día hubiera olvidado mis colores y fuera una seguidora del Deportivo más. Estaba nerviosa como pocas veces lo he estado, y grité como nunca antes. Y salté, y me emocioné, y se me puso la piel de gallina… Y sí, también lloré. Cuando el árbitro del partido, el suizo Urs Meier, decidió que aquel capítulo había acabado, no pude evitarlo. Y lo hice porque en mi cabeza aparecía la cara de alguien a quien quería mucho, y a quien tenía muy lejos –nada más y nada menos que a mil kilómetros- y que seguramente también estaría llorando: mi abuelo.<br /><br />Aquella noche, Riazor se convirtió en el cielo, y el Deportivo lo rozó. Acababa de conseguir el billete para la semifinal de la Champions, y el Oporto esperaba al equipo que había dejado fuera de combate al mítico Milan en el. Miles de deportivistas se permitieron aquel día el derecho a soñar, y es que ser uno de los protagonistas de la final de Viena habría sido el premio más preciado tras una década firmada con letras de oro.<br /><br />Pero el Oporto de un por aquel entonces casi desconocido Xose Mourinho se cruzó en camino y acabó con el sueño del Deportivo. Los portugueses acabarían haciéndose con el título tras vencer al Mónaco en la final, pero aquella Champions se tiñó de blanquiazul. Aquí o allá, nadie hablaba de otra cosa que no fuera la victoria del Depor ante el Milan. Y, seguramente, pocas personas pudieron evitar sentirse un poco blanquiazules por aquel entonces. Los herederos del ‘Super Depor’ habían vuelto a escribir una nueva página casi irrepetible en la historia del equipo coruñés.<br /><br />***<br />Augusto César Lendoiro sigue siendo el presidente del Deportivo de la Coruña veintitrés años después. Llegó a la presidencia en 1988, y la etiqueta de “equipo ascensor” –derivada de sus constantes ascensos y descensos, de su insistente vaivén entre Primera y Segunda- que perseguía a los gallegos en décadas anteriores acabó perdiendo todo su sentido. Sobre todo cuando en 1992 se instaló en la categoría de oro del fútbol español dispuesto a quedarse mucho tiempo. Y, la verdad, no salió tan mal, porque en esta ocasión, la aventura duró veinte años. Pero para contar el desenlace, ya habrá tiempo.<br /><br />El caso es que aquel 1992 marcó un antes y un después. Y todo, resumido en dos palabras: “Súper Depor”. O mejor… ¿por qué no recordar a Bebeto, Mauro Silva, Fran, Donato, Nando, Claudio y demás? ¡Qué gran orquestra, y qué gran sinfonía la que crearon bajo la batuta de Arsenio, el inolvidable “Brujo de Arteixo”! Enamoraban a propios y a extraños, y el corazón de aquel equipo se guardaba en una pequeña ciudad a orillas del Atlántico. De hecho, si no fuera porque Djukic falló aquel penalty ante el Valencia en la última jornada…sí, en 1993 la Liga se le escapó de las manos a un Deportivo que empezaba a sentirse cómodo en Primera. Casualidades del destino, el Valencia volvería a cruzar en el camino de los coruñeses años después, aunque aquel final sería mucho más triste. Y es que aunque las lágrimas fueran las mismas, las últimas dejaron una herida mucho más profunda.<br /><br />Pero no queramos ir deprisa. Las cosas bonitas, las que merecen la pena, hay que saborearlas.<br /><br />Aquel ‘Súper Depor’ fue la cuna de lo que vendría después. Ahora sería Jabo Irureta quién dirigiría al equipo, que había conseguido colocar su nombre al lado del de los más grandes. Llegaron Rivaldo, Djalminha, Luizao. Y Valerón, y Makaay, y Tristán. Y esta vez, el fútbol que había enamorado en España traspasó fronteras y cambió de escenario. Un mayor escaparate, más ambicioso. Mejor.<br /><br />Europa. Pero antes de llegar a las noches mágicas europeas, los gallegos ganaron su única Liga (2000) y su segunda Copa del Rey –la primera se logró en la temporada 1994/1995-, recordada con el nombre de “El Centenariazo”, ya que el Depor arrebató el título al Real Madrid en la temporada en la que los blancos cantaban su ‘cumpleaños feliz’ número cien. Y los de Irureta se encargaron de que lo de feliz se quedara como una simple palabra de una canción. Porque aquella noche en el Bernabéu la única melodía que sonó fue “La Rianxeira”, silenciando a todos los madridistas que soñaban con su gran fiesta.<br /><br />En Europa, y cuando el siglo XXI daba sus primeros pasos, Manchester United, Arsenal, Juventud, PSV Eindhoven, PSG o Bayern de Munich sufrieron en su propia piel el poder del fútbol que desplegaba entonces el Deportivo. Hasta que llegó LA noche en mayúsculas, en la que Riazor fue testigo de la caída de un Campeón de Europa como el Milan a manos de un equipo que soñó con ver el mundo desde lo alto. Y aunque no pudo ser, aquello siempre quedará.<br /><br />Aquella misma temporada, la dolorosa derrota ante el Mónaco (8-3) había hecho encender todas las alarmas, pero lo sucedido ante el Milan borró cualquier rastro de preocupación. Sin embargo, en septiembre de 2004 los deportivistas volverían a caer en el Louis II ante los franceses, y aquel partido sí supuso el principio del fin. No fue una caída al abismo rápida e inmediata, pero el castillo que durante años se había ido construyendo, empezó a desplomarse. Poco a poco, como si quisiera ir avisando de que el peligro estaba cerca. La marcha de las estrellas del equipo y el adiós de dos ‘monstruos’ como Mauro Silva o Fran no eran más que la crónica de una muerte que tiempo después podría ser definida como anunciada. Y sin embargo, hasta este año, el Deportivo, más sombra que nunca del ‘Súper Depor’ y del ‘Euro Depor’ que habían conquistado el fútbol, sobrevivió. A trompicones y viéndose obligado a esquivar muchos obstáculos que le pusieron entre las cuerdas en más de una ocasión. Su juego se tornó triste y apático. Lento. Como si alguien hubiera trazado todo ello en blanco y negro. Como si la melodía que antes había acompañado al equipo en sus años más brillantes se hubiera convertido en un réquiem.<br /><br />***<br /><br />Las lágrimas de Juan Carlos Valerón en Riazor en la última jornada de la temporada que acaba de cerrarse lo dicen todo. Veinte años después, el Deportivo escribía su adiós a Primera al ser incapaz de ganar a un Valencia que una vez más se convirtió en su verdugo. Pero, de nuevo, fue el equipo blanquiazul el que se equivocó. Dejó de luchar antes de tiempo, y esa fue su mayor condena. Nada pudo hacer ya cuando se dio cuenta de que la soga de Segunda le rodeaba el cuello sin que esta pudiera aflojarse. La tristeza volvió a inundar las calles de A Coruña, y el corazón de miles de deportivistas se encogió. </div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKUkFTYfaNf8ldUlqAv92FP3rfFWqiKBrhvaM8eOJpXMXM7QrrdxcThebmzh79DFA8Y21E_sJ1Qw8JT7fXDnmz_AMMvemaSgX3bHtKNI9WKHhEMkgkdO84mZDHd6wcIGeZm0GkFHnGvng/s1600/valeron.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 213px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKUkFTYfaNf8ldUlqAv92FP3rfFWqiKBrhvaM8eOJpXMXM7QrrdxcThebmzh79DFA8Y21E_sJ1Qw8JT7fXDnmz_AMMvemaSgX3bHtKNI9WKHhEMkgkdO84mZDHd6wcIGeZm0GkFHnGvng/s320/valeron.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5621117023957217106" border="0" /></a><br />Y así fue cómo el Deportivo más grande cayó, despidiéndose de su etapa más bonita. La más brillante. La más recordada. La que nadie puede cambiar ya. Pero se despidió con la promesa de que volverían.<br /><br />Porque aunque el pasado es irrepetible, siempre hay un lugar para la esperanza. </div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-19398522299466305762011-05-25T10:39:00.001-07:002012-03-20T04:04:57.911-07:00"Del dandi nórdico al pequeño más grande".<div align="justify">A falta de cuatro días para la final de Wembley, alguien, un buen amigo, me dejó un 'regalo' en el diario en el que ambos trabajamos. Le llamo regalo porque siempre me gustó mucho Michael Laudrup, y porque ver a Leo Messi en acción es indescriptible. Y, por ello, quiero dejarlo plasmado aquí.<br /><br /></div>[Autor: Dídac Peyret. SPORT. Martes, 24 de mayo de 2011]<br /><br /><div align="justify"><strong><span style="font-size:85%;">Laudrup personalizó la elegancia del ‘Dream Team’ de Cruyff y Messi es el mejor portavoz en elcampo del Pep Team. Un jugador de leyenda. </span></strong></div> <div align="justify"><strong><span style="font-size:85%;"></span></strong></div><br /><div align="justify">Un genio es imposible de describir. Es puro instinto. Así son los futbolistas que nacen tocados por una varita. El talento puro no se enseña. Tiene algo de irracional. Por eso los seguidores los eran como si de un dios de tratara. Del ‘Dream Team’ al Barcelona actual han pasado por el Camp Nou buenos futbolistas, grandes jugadores y genios irrepetibles. Michael Laudrup y Leo Messi forman parte de este último grupo. El danés fue una pieza clave del ‘Dream Team’. Nadie envolvía mejor los pases. Era un visionario único. Sólo él era capaz de ver un hueco invisible, una opción de pase, un proyecto de gol, entre un montón de piernas.<br /></div><div align="justify">El Camp Nou no tardó en considerarlo uno de los suyos. En las primeras gradas era habitual ver una pancar ta que rezaba “Enjoy Laudrup”. En el vestuario del también encajó de buenas a primeras. Siempre fue buen considerado por el sector vasco. Se acercó a Koeman y Guardiola. Hizo buenas migas con Nadal. Los tres jugaban a menudo al parchís. </div><br /><blockquote><br /><br /><p>Laudrup fue una pieza clave como<br />falso nueve; Messi ha cogido su<br />relevo y ha llevado al Barça a otro nivel. </p></blockquote><br /><br /><div align="justify">Laudrup era un tipo tímido. De carácter nórdico. Pero los que lo conocieron de cerca aseguran que cuando ganaba confianza se soltaba. A ‘Michelino’ le divertía el fútbol pero lo vivía de forma liviana. Sin obsesiones. Era habitual oírle decir que colgaría las botas más pronto que tarde. Disfrutó del ‘Dream Team’ y sufrió a Cruyff. También aprendió mucho del holandés.</div><br /><div align="justify"></div><div align="justify">Johan le hizo un hueco como falso nueve. En el mejor ‘Dream Team’, Laudrup era uno de los gestores del fútbol total. Por sus botas se filtraban la mayoría de jugadas del Barcelona. Pocos tenían tanta sensibilidad en los pies. Anunciaba un pase a la izquierda y entregaba una asistencia a la derecha. También era desborde. La croqueta era sinónimo de espectáculo. Jugada ‘Made in Laudrup’. Pero Cruyff siempre quería más. A menudo se acordaba del danés en la rueda de prensa. “Defiende poco, debe marcar más goles, se esconde”, se escuchaba a menudo.<br /></div><div align="justify">En Wembley salió en el once y se acordó de su pasado en Italia. En la Juve, donde nunca disfrutó del fútbol. Frente a un equipo que incomodó muchos minutos al Dream Team. Luego llegaría el gol de su gran amigo Koeman. Johan siempre tuvo a Laudrup por un escogido, así que siempre le exigió más que a los otros. Lo tensó para sacar lo mejor de él, hasta que el danés dijo basta. “No lo aguanto más”, dijo. Laudrup avisó y luego se fue al Madrid abriendo muchas heridas en el barcelonismo. 17 años más tarde, el danés sonríe cuando ve al Barcelona actual. “Lo que hizo el Dream Team fue cambiar radicalmente la historia de este club y por eso es un equipo tan especial, pero este Barcelona es mejor y tiene a Leo”. Lo sabe bien el danés: Messi es otra cosa. Tiene algo antinatural. Desde hace tiempo juega en otra liga. En la de los Maradona, Cruyff, Pelé y compañía. ‘La Pulga’ se encarga de recordarlo a menudo con jugadas irrepetibles de la historia del fútbol, empezando por el gol maradoniano en Getafe. </div> <div align="justify">Desde su presentación en sociedad en el Gamper, ha ido subiendo peldaños. No se recuerdan cifras goleadoras como las suyas. Con solo 23 años ya sabe lo que es ganar dos veces la Liga de Campeones, saborear cinco veces el título liguero y recoger el Balón de Oro en dos ocasiones. Es el coleccionista de récords. </div><br /><div align="justify"></div> <div align="justify">Pep ha logrado sacar su mejor versión. Como falso nueve. Sin ataduras. Leo es el inicio y final de las jugadas. Es el mejor mediocampista. Un delantero letal. Y el mundo futbolístico asiste asombrado al espectáculo. Para Wenger “lo que hace en el campo es arte”. Guardiola asegura que “alguna vez contaré a mis nietos que entrené a Messi”. Xavi cree que “un jugador así sale cada 25 años”. Del Bosque destaca que sigue jugando como un potrero en las calles de Argentina. “Cuando Messi dice: dame la pelota que yo resuelvo esto, es imparable. Es como si jugase en la calle driblando a todos”. Incluso Maradona ya sabe que Messi está en disposición de coger su relevo. En Wembley vivirá de nuevo una reválida. Un partido grande. De esos que tanto le gustan. “Mis palabras me las guardo para el día 29”, dijo hace unos días y el Camp Nou gritó amén. </div> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirbLBvx2M3Q9o97ueurPs20IqI-bjIWWejPkspLG3C2LPA4od8NBncKHVSCqkchyphenhyphen16qIYnQbfCPV9F6Nd-9TuOwLsCd9CUAI_Pr7QDYlOguG7mDnGr1chrwVVcw72Dd_xja__gA0AQEao/s1600/laudrup.jpg"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirbLBvx2M3Q9o97ueurPs20IqI-bjIWWejPkspLG3C2LPA4od8NBncKHVSCqkchyphenhyphen16qIYnQbfCPV9F6Nd-9TuOwLsCd9CUAI_Pr7QDYlOguG7mDnGr1chrwVVcw72Dd_xja__gA0AQEao/s1600/laudrup.jpg"></a><br /><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify"></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-11697960705790192172011-04-01T13:21:00.002-07:002012-03-20T04:06:18.498-07:00El riesgo que supone perder la cabeza<div style="text-align: justify;">Los cimientos en Can Barça empiezan a temblar, y el riesgo de que todo comience a resquebrajarse poco a poco aumenta por momentos. Demasiado bonita pintaba la historia como para durar tanto. Y es que esta semana el Barça ha dejado de ser noticia por su fútbol para meterse en terrenos de los que es más difícil escapar y que, tarde o temprano, acaban por pasar factura. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De abrir la caja de los truenos se encargó un Sandro Rosell que para decir lo que dijo ya podría haber mantenido su particular ley del silencio. O eso, o que alguien le enseñara que, como máximo representante de una institución del calibre del F.C.Barcelona, no puede llegar y soltar tal barbaridad. Porque, señor Rosell, decir que el Barça le va a endosar un 5-0 en la final de la Copa del Rey a los que, junto con los suyos, forman uno de los mejores equipos del mundo, es una imprudencia y una temeridad que puede traer consecuencias de las que después uno se puede arrepentir. O, mejor dicho, Rosell debería aprender, además de los errores propios, de los de los demás. ¿O es que no recordamos qué le pasó al Real Madrid el día que un tal Vicente Boluda puso la palabra 'chorreo' en la primera línea de fuego del mundo del fútbol? ¿Alguien me puede decir que pasará si el día de la final de Mestalla el Barça tiene que salir por la puerta de atrás y mirando de reojo cómo otros recogen la Copa? Tocará volver a Barcelona escondido y con la cabeza gacha, algo más bien propio de los cobardes que de un equipo como el azulgrana. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Rosell también debería aprender que llevar sobre la espalda la etiqueta de 'grande' también conlleva ser humilde y tolerante. Quién acaricia y abraza las victorias y, sin embargo, no es capaz de mantener los pies sobre la tierra y no sobre la luna, acaba perdiendo. Porque siempre nos han dicho que hay que saber perder, pero también ganar. Y aunque en los últimos años en el Barça todo han sido primaveras y en el Madrid inviernos, no podemos perder la cabeza. Ni los que actuamos como meros y privilegiados espectadores, ni los que tienen voz y voto ahí dentro. Nadie. Y ese nadie incluye al presidente del Barça. ¡Claro que nos gusta ganar al Madrid! ¡Claro que, los que somos culés, disfrutamos con el 2-6 o el 5-0! Pero de ahí a perder los papeles y despreciar así a un rival que no necesita demasiados argumentos para explicar qué lugar ocupa en el fútbol español y mundial, no. No podemos pasar por ello. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Porque si alguien piensa, a falta de 19 días, que se va a volver a repetir la manita ante los de Mourinho... o estamos locos o somos gilipollas, hablando en plata. Después pasará una cosa u otra. Es lo que tiene el fútbol, que a veces se disfraza con las casualidades y las sorpresas más inesperadas. Pero palabras como ésas, no. Señor Rosell, no, no y no. Porque a muchos les pasará como a mí, que aún seguimos pensando cómo alguien ha podido decir algo así. No negaré que me sentí avergonzada, porque yo, las victorias, las quiero tanto dentro como fuera del terreno de juego. Y creo que el presidente del Barça, con sus palabras, ha caído muy bajo. Y lo que es peor aún: ha hecho que la entidad que preside se vea teñida de una polémica que no era necesaria y que no hace ningún bien. Sólo espero que el 20 de abril no se acaben pagando las consecuencias. Apliquémonos, por favor, un poco más lo de "con la boca cerrada no entran moscas".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y si fuera este sólo el único capítulo que ha salpicado la actualidad del Barça esta semana... pero no. Lo dicho. Estos días el fútbol parece haber quedado en un segundo -injusto, desmerecido y equivocadamente relegado- plano en el conjunto azulgrana. Cuando los focos de atención deberían centrarse en el importante, trascendente y complicadísimo partido ante el Villarreal -los fallos acaban pagándose y tropezar ahora saldría demasiado caro- a la salida de tono de Rosell hay que añadirle la polémica entrevista de Josep Guardiola a la RAI italiana. "Estoy bien aquí, pero mi tiempo en el Barça se está acabando" fueron sus palabras y... ¡tachán! Se armó la gorda. No quiero entrar demasiado en este tema porque desconozco los entresijos de la historia, y no sé qué es verdad y qué es mentira, pero si la entrevista y las palabras son reales, mal por Guardiola y mal por el periodista y el medio de comunicación italianos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mal por Guardiola porque si uno dice 'no' a las entrevistas, es un 'no' válido para todos. En esto no se pueden hacer excepciones ni tratos de favor. Si el técnico azulgrana se guarda su derecho a no hablar ante los medios de comunicación, debe ser algo coherente con su posición y no romperla a las primeras de cambio. Porque, como entrenador del Barça, lo que piensa o cree, de la misma manera que todo lo bueno se le es reconocido merecidamente, es de interés general para todos. Para los de su equipo (incluyendo a todas las personas que tienen alguna relación, incluyendo, por supuesto, a los aficionados) y para los demás. Y mal por el periodista y la RAI porque, si finalmente se confirma que el medio ha traicionado a Guardiola, que confiaba en que sus palabras no salieran a la luz, la dignidad de una profesión como el periodismo, que ya está bastante enferma en los últimos tiempos como para agravar más aún su situación, acabará rozando niveles ínfimos (aunque, tristemente, ya estamos acostumbrados a que sucedan cosas así en los medios). Y es que, a veces, nos olvidamos de que los que nos hacemos llamar periodistas deberíamos luchar por devolver al periodismo muchos de los valores que han acabado perdiéndose por el camino. Reflexiones personales a parte, sólo hay errores, errores y errores por todas partes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En definitiva, Rosell y Guardiola, queriendo o sin querer, han sido los protagonistas de esta semana. Y su interpretación en la función de la última semana de marzo no ha sido, precisamente, acertada. Es más, todas estas historias, que no hacen ningún bien al Barça, a su estatus y a su imagen, han eclipsado a lo verdaderamente importante: el fútbol. Alguien debería darse cuenta en Can Barça que hay un difícil partido ante el Villarreal mañana en El Madrigal, que el miércoles los azulgrana se juegan gran parte de su andadura en la Champions y que, en cuestión de días, hay dos fechas marcadas en rojo en el calendario de todos en las que el Madrid buscará resarcirse y vengar lo sucedido en el Camp Nou aquel 29 de noviembre. Y el mayor error que se podría cometer ahora es olvidar todo eso y seguir protagonizando capítulos como los de esta semana. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El riesgo que supone perder la cabeza en estos momentos es demasiado alto, y no creo que sea la mejor opción para un Barça que, consiguiendo lo que ha conseguido en los últimos años, también opta a todo esta temporada. Pero si empezamos con historias como estas, los objetivos pueden irse desvaneciendo por el camino. Basta una chispa para que todo arda en llamas. Y si no, echemos la vista atrás y comprobaremos que, en más de una ocasión, las realidades cambian a las primeras de cambio, siendo más vulnerables de lo que se podría pensar. Por eso hay que tener cuidado con cosas las sucedidas esta semana. No vaya a ser que después tengamos que arrepentirnos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya se sabe que, a veces, los errores acaban sumiendo a uno en una espiral de la que no siempre es tan fácil huir. Y el Barça, si no quiere verse enfrascado en algo así, debe dejarse de tonterías, demostrar que la etiqueta de 'grande' no le queda pequeña y hacer lo que tiene que hacer, que es jugar al fútbol. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Si empezamos con tonterías, mal vamos.</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-88264105924478487882011-03-30T14:07:00.001-07:002012-03-20T04:07:14.423-07:00Y con la primavera, ¡llegó el fútbol!<span class="Apple-style-span"><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">El final se acerca, silencioso y poco a poco, como la mayoría de los puntos finales que marcan la 'muerte' de cada historia. Los días pasan y el tiempo se agota. Irremediablemente. Sin frenos. La victoria es algo demasiado dulce como para dejarla escapar ahora. De nada habrá servido todo lo demás -el pasado, el esfuerzo desempeñado- si no se llega a alcanzar. Aferrarse y creer en ella es la única vía posible para soñar con volver a ser protagonista de otra página -y no son pocas las que se llevan escritas- del mundo del fútbol. </span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">Real Madrid y Barça no escapan a esa realidad. Son conscientes de que, en estos momentos, cualquier error puede condenar a pagar un precio demasiado alto que ninguno de los dos está dispuesto a asumir. Saben que ambos luchan por un cielo en el que sólo hay lugar para uno, y que este mes de abril va a marcar el destino de cada uno de ellos en esta temporada. </span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">Abril. "No hay primavera sin invierno", dicen. Y esta primavera sabe a fútbol. A fútbol del bueno. Diciendo 'adiós' a un marzo que casi resulta insignificante y pequeño al lado de este abril, todo está preparado para que empiece la función. Mestalla y el Bernabéu serán los escenarios sobre los que Barça y Madrid nos regalarán el que, posiblemente, sea uno de los mayores espectáculos que hoy en día pueden contemplarse alrededor del mundo sobre el césped de un campo de fútbol. </span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">Es difícil poner con palabras todo lo que me provocan los Barça-Madrid y viceversa. Es tal el cúmulo de sensaciones que puedo llegar a sentir, que acaban encontrándose unas con otras. Es esa piel de gallina que decide visitarme a medida que se acerca el momento de que comience el partido. Los nervios contenidos, y los sentimientos contrariados. La incertidumbre del qué pasará. La ilusión de una victoria. El miedo a la derrota. La indiferencia de un empate con sabor agridulce.</span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px;">Empiezo a pensar que vivo demasiado intensamente todo esto. O eso...o que realmente siento un terrible apego por el fútbol. Terrible no porque sea malo, si no porque, como todo los amores, al principio siempre dan un poco de miedo. Pero es que, realmente, lo que tenemos ante nosotros en los próximos treinta días asusta. Es más, supone una inyección de adrenalina difícilmente evitable -siempre que te guste ver a veintidós hombres corriendo detrás de un balón, claro está. Y los de Mourinho y los de Guardiola son unos perfectos entendidos de cómo regalar momentos inolvidables en la historia del fútbol.</span></span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">Muchos interrogantes que buscan encontrar una respuesta los días 16 y 20 de abril. El partido en el Bernabéu y la final de la Copa del Rey esperan impacientes a dos de los mejores equipos del mundo, a sabiendas de que pase lo que pase, y sea cual sea el resultado, uno encarará la recta final con la victoria moral que supone ganar al máximo rival, dejando al otro con la miel en los labios. Todo puede suceder, y son muchos los factores que pueden determinar si la balanza cae hacia un lugar o hacia el otro. Obviamente, aún faltan muchos días para definir las claves de los dos partidos, pero si hay algo indiscutible, es que este abril que empieza a dar sus primeros pasos dentro de veinticuatro horas representa el anhelo de muchos que esperábamos algo así después de tanto tiempo. De la misma manera que una caricia puede borrar cualquier rastro del pasado. El regalo que puede no dejar indiferente a nadie. Y es que, casi sin darme cuenta, me estoy imaginando cada uno de los días que vienen por delante. Las carreras por las calles para encontrar una televisión o un bar en el que todavía quede un hueco. Las prisas, la inquietud y el nerviosismo de la redacción. Los mensajes pre y post-partido entre amigos y 'rivales' (aunque sea sólo por un día). Las copas que celebran alegrías, y las copas que consuelan a los que deberán cargar con el peso de la derrota y de la desilusión. </span></div><div style="text-align: justify; line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">"Como, duermo y respiro fútbol" reconocía Thierry Henry hace unos años. Y ahora, con el calendario del mes de abril entre mis manos, empiezo a hacer mías esas palabras. Y es que no consigo quitarme de la cabeza esta primavera que no pone límites a los sueños de cualquier persona a la que le guste el fútbol.</span></div></span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">Lo reconozco. Tengo unas ganas infinitas de abril. De fútbol. De Barça. De Madrid. De nervios previos al partido. De las horas perdidas de un lado para otro, sin pensar en nada más que en los noventa minutos. De gritos de alegría...y de rabia. De sobresaltos inesperados. </span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">De instantes repletos de emoción e incertidumbre. </span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; ">De corazones encogidos. De sonrisas cómplices. O de lágrimas amargas.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span">De lo que sea.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span"><b>Abril. Camina sin detenerte...</b></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span"><b>...o hazme esperar un poco más.</b></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 15px; "><span class="Apple-style-span">No importa. Sé que no me defraudarás. </span></span><span class="Apple-style-span" style=" line-height: 15px; font-family:arial, sans-serif;font-size:small;" > </span></div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-88720787209070436522011-03-23T08:49:00.001-07:002012-03-20T04:19:12.379-07:00La 'culpa' la tuvo el fútbol.<div align="justify">No hablaré de fútbol.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Lo que acabáis de leer, en realidad, es una verdad a medias. Ninguna de mis palabras irá dedicada a nada de lo que sucede sobre el césped. Tampoco a ninguna de las personas que suelen protagonizar el día a día del deporte rey. No, hoy no.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Hoy mis protagonistas son otros. </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Los conocí hace seis meses. En octubre apenas sabía quienes eran unos y quienes eran otros. Sólo eran caras sin nombre, sin significado. Me cruzaba con ellos, ellos conmigo...y la historia moría ahí. Quizás con el paso del día, hubo algún que otro intercambio de sonrisas o de varios 'adiós'. Nada más. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Pero enero lo cambió todo. Aquellos desconocidos para mí hasta entonces empezaron a ser alguien. Recuerdo que en algún momento de mi vida -ahora intento olvidar en qué instante sucedió- alguien me dijo que no esperar encontrar amigos en el periodismo. Que esta profesión estaba muy lejos de guardar un rincón para una palabra tan importante y frágil como esa. Digo que intento olvidar aquel instante porque las personas de las que os hablo hoy han acabado por demostrarme que ese alguien mentía. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Vale, es verdad. No los conozco de toda la vida. Y tampoco es que haya compartido demasiados momentos con ellos fuera de la redacción (aunque las salidas nocturnas post-partido con plátanos y pepinos incluidos sigan muy presentes). Pero desde hace tres meses se encargan de llenar mis días de cariño. Cada uno de ellos tiene su forma especial de demostrármelo, y a veces no saben el bien que me hacen. Porque a veces ayudan a que los días malos dejen de serlo. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Y las personas -que todavía tenemos tanto que aprender- a veces nos olvidamos de agradecer lo que los demás, consciente o inconscientemente, hacen por nosotros. Olvidamos que, en ocasiones, deberíamos hablar mucho más de lo que callamos. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Olvidamos que, en cualquier sitio, y en los momentos más inesperados, siempre hay alguien que merece que les sea devuelto todo el cariño que regalan. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Alguien como ellos.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">El fútbol no sólo fue el culpable de que sea periodista. También tuvo la 'culpa' de que tuviera la enorme suerte de cruzarme con personas a las que, a mí manera, quiero mucho. Supongo que lo saben, y sino, estoy yo para recordárselo.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Javi, Giraldo, Dídac, Jordi, Gerard, Xavi y demás.</div><div align="justify">Gracias.</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6217858109335922470.post-33098535901726193322011-03-19T17:24:00.001-07:002012-03-20T04:18:55.782-07:00Misma historia. Mismo guión. Mismo final.<div style="text-align: justify;">Once años después, nada ha cambiado. "La vida sigue igual", como dice la canción. Una vez más, el Vicente Calderón fue testigo de otro tropiezo de 'su' Atlético ante el máximo rival, un Real Madrid que volvió a resolver un partido como sólo los blancos saben hacer. No importa que la afición 'enemiga' se aferre a palabras como "representáis a miles de corazones". Tampoco que el Calderón se llene hasta la bandera, siendo difícil encontrar un asiento vacío desde donde ver la que acaba siendo la misma historia de siempre. Y menos, que un 'Atleti, eres mi vida' construido con el cariño de miles de colchoneros ponga la piel de gallina al recibir a los de Quique Sánchez Flores. Qué más da que el 'Kun' Agüero se decida, demasiado tarde, a meter miedo a los de Mourinho en el minuto 86. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿De verdad alguien creía que 'la fuerza rojiblanca' iba a ser capaz de frenar al Madrid? Quizás la respuesta es demasiado obvia...o no. Porque yo sí. Llegué a creer en ello firmemente el otro día mientras escribía un artículo para el diario sobre el derby madrileño. Aunque, quién sabe...quizás esa especie de fe ciega en el Atlético fue tan sólo producto del hecho de que a veces (muy importante remarcar el 'a veces') el equipo de El Manzanares consigue despertar en mí algo así como un cierto cariño que muchos quizás no entiendan y que, probablemente, no tenga el respaldo de ningún tipo de argumento. Sea como fuere, yo creía en una victoria del Atlético. Pero 'creía' es pasado, y como todo pasado también hay presente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y ahora, puedo asegurar que no creo en el 'otro' equipo de Madrid. No, no y no. Porque no puede ser que ante los de Mourinho los hombres del centro del campo del Atlético caminen sobre el césped como si fueran paseando por cualquier calle. Porque tampoco puede ser que la defensa se permita el lujo imperdonable de darle huecos a un rival tan sumamente peligroso como el Madrid, que en un abrir y cerrar de ojos puede perforar tu portería tantas veces como se le antoje. Porque tampoco puede ser que alguien cuyo nombre es Diego Forlán elija el día del derby para convertirse en prácticamente un fantasma sobre el terreno de juego. Como tampoco se puede llegar a perdonar tanto ante un rival de tal calibre como el conjunto blanco, pero que no es imabtible y al que no es imposible herir si impones buen fútbol.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pero resulta que al Atlético, de vez en cuando, se le olvida qué es esto de jugar al fútbol y cómo se hace. Bien es cierto que el de hoy probablemente es uno de los derbys de los últimos años en los que más mereció, pero así no se le puede plantar cara al Real Madrid. Así, no.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un Real Madrid que sigue a lo suyo. Que cuando firma sus peores minutos en un partido, ¡PAM! Gol. Y ya conocemos a los de Mourinho. Les cuesta arrancar, pero cuando arrancan...¡a ver quién es el que consigue echarles el freno! Porque los blancos nos han acostumbrado a eso: a hacernos creer que sufrirán, que tendrán que sudar lágrimas para ganar, a dar la sensación de que podría ser hoy el día del tropiezo...para después demostrar que los 'grandes' son grandes por algo. Y que la fuerza puede con la ilusión. Y que los NOMBRES pueden con los hombres. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y eso que Cristiano Ronaldo estuvo desaparecido, que si llega a estar inspirado y sin sufrir todavía las consecuencias de su lesión...ahora podríamos estar hablando de un Vicente Calderón mucho más herido. Pero da igual que no esté el portugués. Para eso están Casillas...y Özil. El mejor portero del mundo volvió a estar providencial. Sus manos han sido la pieza clave en muchos partidos. Han dado muchos puntos. Y, sobre todo, han demostrado que Iker es, indudablemente,el mejor entre los suyos, y no sólo por sus valores futbolísticos, también por sus valores humanos. Pero lo dicho, Casillas fue la pesadilla del Atlético en el Vicente Calderón. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkCxjXRVzM61tUWMOltvFMQR714ckR5Qm_Uw6SFyVv_VSXS1FwD7WycNbiv6mUSfoR2saoAWRPFeQJnso1aXUxtmi7GAOEFe1CuKIbLyLIOJ8wdZq5IFc3RHU0QDK74TKHg1SxvkixZ-M/s1600/ozil+besa+escudo.jpg"><img style="text-align: justify;float: right; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 10px; margin-left: 10px; cursor: pointer; width: 200px; height: 128px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkCxjXRVzM61tUWMOltvFMQR714ckR5Qm_Uw6SFyVv_VSXS1FwD7WycNbiv6mUSfoR2saoAWRPFeQJnso1aXUxtmi7GAOEFe1CuKIbLyLIOJ8wdZq5IFc3RHU0QDK74TKHg1SxvkixZ-M/s200/ozil+besa+escudo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5585966982406967490" border="0" /></a><div style="text-align: justify;">Capítulo a parte merece Mesut Özil. Un Özil que nos regala partido a partido lo mejor de sí, y lo mejor del fútbol. Un Özil que hasta el Mundial de Sudáfrica era prácticamente un desconocido y cuyo nombre ahora se escribe en letras de oro. Un Özil que, cuando juega, hace que muchos no podamos dejar de mirarle. Y que, a pesar de que en las grandes citas -como ante el Barça en el Camp Nou- tiende a hacerse pequeño, demuestra cada día que aún tiene mucho que ofrecer al mundo del fútbol, y que de sus botas pueden salir verdaderas obras de arte.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y con jugadores como Casillas o Özil sobre el césped, el Real Madrid gana mucho. Y eso comporta a que no se le puede dar la mano, porque te arriesgas a que te coja el brazo entero. Así pasó. El Atlético lo intentó hasta el final, pero no pudo. De nada sirvieron los mensajes en el vestuario de los colchoneros. Ni los mosaicos del público de un Vicente Calderón que pretendía ser un infierno para los de Mourinho. Ni el aliento de la afición rojiblanca 'hasta morir'. Todo quedó en nada. Como nunca, como siempre.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y sí. <b>Misma historia. Mismo guión. Mismo final.</b> Y es que como dice la misma canción de antes, "unos que ríen, otros lloran".</div>viihttp://www.blogger.com/profile/07342340523779427874noreply@blogger.com0